Nota publicada: 2025-12-11
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señala que si bien la aplicación de restricciones en el uso de redes sociales basadas en la edad busca proteger a niños y adolescentes de acoso, explotación y exposición dañina a contenidos, advirtió que las prohibiciones conllevan riesgos, e incluso pueden resultar contraproducentes.
En un nuevo llamado a los estados miembros, destaca que las redes no son un lujo para muchos niños, especialmente para los que están aislados o marginados, ya que proporcionan acceso al aprendizaje, la conexión, el juego y la autoexpresión.
Señala que aunque en varios países están introduciendo restricciones relacionadas con la edad en todas las plataformas, como reflejo de preocupación genuina por los menores para evitar impactos negativos en la salud mental y bienestar, también hay riesgos.
Muchos niños y jóvenes, afirma, seguirán accediendo a las redes sociales mediante soluciones alternativas, dispositivos compartidos o plataformas menos reguladas, lo que, “en última instancia, hace más difícil protegerlos”.
Por ello, exhortó a considerar que las mencionadas restricciones deben formar parte de un enfoque más amplio que proteja a los niños del daño, respete sus derechos a la privacidad y la participación y evite empujarlos hacia espacios no regulados y menos seguros.
“La regulación no debe ser un sustituto de que las plataformas inviertan en seguridad infantil. Las leyes que introducen restricciones por edad no son una alternativa a que las empresas mejoren el diseño de las plataformas y la moderación de contenido”, agrega.
Entre las recomendaciones que emite el Unicef destaca que los gobiernos deben garantizar que las leyes y regulaciones no remplacen las obligaciones de las empresas de invertir en un diseño de plataforma más seguro, así como en una moderación de contenido efectiva.
Se tiene que exigir que las empresas “asuman la responsabilidad, abordando los impactos adversos en los derechos de los niños, y los reguladores deben contar con medidas sistémicas para prevenir y mitigar de manera efectiva el daño en línea que experimentan los niños”.
En cuanto a padres y cuidadores, el organismo de Naciones Unidas señaló que deben recibir apoyo con una mejor alfabetización digital, pues si bien tienen un papel crucial, “actualmente se les pide que hagan lo imposible: monitorear plataformas que no diseñaron, vigilar algoritmos que no pueden ver y gestionar docenas de aplicaciones las 24 horas”.