Nota publicada: 2025-12-03
El 5 de diciembre de 2013 marcó el fin de una era: ese día falleció Nelson Mandela, a los 95 años, tras una vida dedicada a la justicia, la igualdad y la reconciliación en su país.
Preso durante 27 años por su lucha contra el régimen del apartheid, Mandela emergió como símbolo de esperanza y resistencia. En 1994 se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica, guiando al país hacia una transición pacífica y sentando las bases de una democracia inclusiva.
Su muerte provocó una ola mundial de conmoción y respeto: líderes de todo el planeta expresaron su admiración, reconocieron su legado y anunciaron actos oficiales de duelo. Muchas banderas ondearon a media asta, y millones recordaron al hombre que logró convertir el perdón en herramienta de liberación.
Hoy, cada 5 de diciembre, el mundo conmemora su memoria — no sólo como un líder político, sino como un símbolo universal de dignidad, paz y derechos humanos. Su legado sigue vivo, guiando generaciones hacia sociedades más justas.