
Nota publicada: 2025-09-01
Pekín. Hace 80 años China libró contra Japón una de las batallas más cruentas de la historia mundial, la cual dejó más de 35 millones de chinos muertos –entre militares y civiles–, equivalente a toda la población actual de países como Perú.
Para recordar de forma solemne a los mártires y la victoria del gigante asiático sobre las tropas ocupantes, el gobierno del presidente Xi Jinping alista un magno desfile militar en la histórica plaza Tiananmen, el 3 de septiembre próximo.
La guerra sino-japonesa, entre 1931 y 1945, se dio en el marco de la Segunda Guerra Mundial, con la ocupación de ciudades del noreste de China y la intención de Tokio de que sus tropas avanzaran hacia Rusia.
Desde la visión china es rememorada como una lucha “contra la agresión y el fascismo”, que tuvo “un inmenso” costo para su pueblo.
Por ello, en el centro de Pekín, ciudad con casi 20 millones de habitantes, el presidente Xi pasará revista el próximo miércoles a las tropas y mostrará el creciente poder bélico del país, como no se ha visto desde hace una década, ya que esta conmemoración se realiza de forma destacada cada decenio.
El régimen de Pekín exhibirá ante el mundo fuerzas de combate tradicionales y otras nuevas con capacidades innovadoras. Entre ellas, “sistemas inteligentes no tripulados, unidades submarinas, fuerzas cibernéticas y electrónicas, así como armas hipersónicas”, estas últimas que combinan alta velocidad y capacidad de maniobra en vuelo, anunció el Departamento del estado mayor conjunto de la Comisión Militar Central.
A este desfile asistirán 26 líderes extranjeros, como los presidentes de Rusia, Vladimir Putin; de Corea del Norte, Kim Jong-un; de Cuba, Miguel Díaz-Canel; y de Irán, Masoud Pezeshkian; al igual que representantes de alto nivel y dirigentes de organizaciones internacionales.
Yajie Zhao, de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, señaló a La Jornada que para China la victoria de la Resistencia del pueblo chino contra la agresión japonesa y la guerra antifascista mundial, como es conocida, no fue sólo un punto de inflexión “para escapar del peligro de la aniquilación nacional, sino también una transformación espiritual… forjó el gran espíritu de resistencia: el patriotismo de la unidad nacional, el heroísmo de no temer a los tiranos y luchar hasta el final”.
Una herencia, que sostuvo, “sigue inspirando a la nación en su lucha por la gran revitalización”.
La evocación de esta dolorosa historia forma parte medular del país. La ciudad de Wanping, a más de 15 kilómetros al suroeste de Pekín, cuenta con un único museo temático de gran escala que muestra la visión completa de los 14 años de lucha.
Nacimiento de la potencia
En el recinto de la Guerra del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa, inaugurado en 1987, se relatan las intensas batallas, se honra a los mártires y se destaca la importancia de mantener la paz.
Esta guerra, que concluyó con la rendición de Japón, también abrió paso para que China fuera colocada en el ojo mundial como uno de los “cuatro grandes” países, junto con Estados Unidos, Reino Unido y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, al haber sido el principal contribuyente de la batalla contra el fascismo.
Al paso de los años, la relación entre China y Japón “es compleja y delicada”. La especialista Zhao reconoció que se aboga “por desarrollar un vínculo estable, saludable y amistoso, basada en los tratados políticos como el de paz y amistad”.
No obstante, “al mismo tiempo exigimos que la parte japonesa afronte y reflexione sinceramente sobre su historia de agresión y demuestre con acciones concretas su credibilidad ante los países vecinos de Asia y la comunidad internacional”.
La población china y los turistas sólo observarán el desfile militar a través de la televisión, ya que por cuestiones de seguridad no se permite la asistencia a la plaza Tiananamen, más que con invitación oficial.
El último ensayo de esta gran parada se realizó entre los días 23 y 24 de agosto pasado, con el cierre de las principales vialidades, revestidas con adornos florales, y sobre la cual aviones militares sobrevolaron a baja altura.