Nota publicada: 2025-11-25
Moscú. Rusia y Ucrania entienden a su manera el llamado plan de paz del mandatario Donald Trump: el Kremlin insiste en que se trata del borrador de 28 puntos que el mandatario estadunidense presentó la semana anterior y que, en opinión de expertos, corresponde más a los intereses rusos; Kiev, en cambio, asegura que ese proyecto inicial ya se modificó en Ginebra y ahora consta de 19 aspectos que le favorecen frente a las exigencias de Moscú.
Rusos y ucranios consideran que quedan “asuntos pendientes” y hay también una contraoferta europea al plan de Trump, que no es claro si se estudiará por separado o se integró parte de éste en el borrador elaborado en la ciudad suiza por estadunidenses y representantes de Kiev.
El domingo, en Ginebra, al término de las conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania, donde no participó Rusia, los jefes de las delegaciones, Marco Rubio, secretario de Estado y consejero de seguridad nacional, y Andriy Yermak, jefe de la oficina de la presidencia, respectivamente, coincidieron en mostrarse “muy satisfechos” por los avances logrados.
La mañana de este lunes, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, telefoneó a su colega de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, para reiterar lo que ya había comentado el viernes anterior, en una reunión del Consejo de Seguridad ruso: que el plan de paz de Trump, el de 28 puntos, le parecía una buena base para negociar un arreglo político de la “crisis de Ucrania” , aunque todavía había que “discutir” algunos temas.
Casi a la misma hora, desde Kiev, el mandatario ucranio, Volodymir Zelensky, dio a conocer que en Ginebra “hemos logrado mantener sobre la mesa algunos puntos extremadamente sensibles” y ofreció seguir trabajando “con Estados Unidos y con nuestros socios europeos para buscar fórmulas de compromiso que refuercen, no que debiliten a Ucrania”.
En tanto, un asesor de la Oficina de la Presidencia ucrania, Oleksandr Bevs, resumió una versión aún más optimista en su cuenta de Facebook: “Ucrania discutió con Estados Unidos cada punto del plan propuesto. El plan de 28 puntos, tal y como se conoció, no existe más: una parte de los temas se eliminó; otra, se modificó de tal manera que ninguna observación ucrania quedó sin ser atendida”.
El periódico británico Financial Times, acorde con sus fuentes no identificadas, aseguró que de los 28 puntos quedaron 19 y que las cuestiones más controvertidas –los territorios ocupados y la adhesión o no de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte como garantía de seguridad– serán decididas personalmente por los presidentes Trump y Zelensky.
El medio RBK-Ukraina destacó que en Ginebra la delegación ucrania logró una posición más favorable en lo referente al número de efectivos de sus fuerzas armadas, a la fórmula de intercambio de prisioneros de guerra y al control de la central atómica de Zaporiyia.
La versión inicial del llamado plan de paz de Trump contenía líneas rojas que afectaban tanto a Ucrania como a Rusia, aunque –según analistas– más a Kiev que a Moscú. Ahora, parece que es al revés, pero en todo caso el Kremlin confía en que queda mucho por negociar y podrá revertir la situación.
Por lo pronto, el asesor de política exterior de la presidencia de Rusia, Yuri Ushakov, después de la conversación telefónica de Putin y Erdogan, reclamó que Moscú no ha discutido ningún documento oficial para una solución negociada.
“Nos hicieron llegar un proyecto que se iba a debatir y que, como ustedes saben, se va a reformular por nosotros y, seguramente, también por las partes ucrania, estadunidense y europea. Es un asunto muy serio. Pero hasta ahora nadie lo ha discutido con nosotros”, indicó.
La variante que recibió Moscú “está en sintonía con los entendimientos que se alcanzaron en Alaska; muchos de sus planteamientos, nos parecen razonables, pero otros requieren un análisis a fondo y debatirse entre las partes”, precisó.
Sobre el documento alternativo que se atribuye a la Unión Europea, Ushakov comentó: “En cuanto a los planes que ahora circulan por ahí: apenas hoy (lunes) nos enteramos por la prensa que hay un plan europeo, el cual –a primera vista– es por completo nada constructivo y no nos conviene”.