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“El sistema de salud de México es bueno, y aspiramos a mejorarlo”: Kershenobich

LA JORNADA /




Nota publicada: 2025-08-18

David Kershenobich, titular de la Secretaría de Salud (Ssa), reconoce los problemas del sector: “no los evito. Falta abasto de medicamentos y mejores servicios”. Aun así, el sistema de salud mexicano es bueno. “Requiere afinar cosas, es cierto, pero con frecuencia se habla sólo de las malas y se olvidan las buenas”, como la gratuidad de servicios y medicinas.

En la primera entrevista a un medio impreso y en una evaluación del primer año de gobierno, el funcionario subraya: “aspiramos a dar un servicio público gratuito, que sea igual para todos, lo mejor posible, con calidad, seguridad y eficiencia”.

Le preocupa la diabetes, una de las principales causas de enfermedad y muerte en el país, y anuncia que pronto habrá un programa para hacerle frente con un enfoque basado en la genética y cultura mexicanas.

Kershenobich es médico gastroenterólogo, reconocido especialista en enfermedades del hígado e impulsor de estrategias que ahora forman parte de la política nacional de salud. A finales de 90 promovió la vacunación contra la hepatitis B y luego el acceso a los antivirales para curar la hepatitis C.

Su trayectoria está marcada por su trabajo como médico e investigador. Durante 10 años dirigió el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, y ahora, como secretario de Salud, explica ampliamente su concepción de la salud y se apoya en los ejemplos, a los cuales recurre en todo momento. Dice que el sector se debe entender en su evolución, necesidades y bajo las diferentes perspectivas, que cambian según la posición que se ocupe.

El segundo piso de la Cuarta Transformación también impulsa cambios, como en el vínculo que ya se tiene con el sector privado, lo que hasta hace poco no existía.

Lo más importante es escuchar a los pacientes, a la industria farmacéutica, a todos. Hay que escuchar y dialogar.

A continuación, la entrevista con La Jornada:

–¿Cuál es su visión del sector salud?

–Es cómo lo veo a futuro: un sistema único, integral con todas las instituciones; con atención igual para todas las personas; con calidad, seguridad y eficiencia e indicadores para ver los avances. Eso implica retos como incorporar la tecnología. Ya todo es digital. Hay que aprovechar eso para simplificar los procesos.

“Además de atender las enfermedades, las personas deben vivir mejor y más sanas. Para eso se requieren los medicamentos, los servicios de salud y otros.

“La tecnología ofrece cosas que antes no había. Le pongo un ejemplo: telemedicina, manejo digital de inteligencia artificial. Todo debe estar en un sistema de salud moderno, pero es muy complejo porque las necesidades son del día a día, en tiempo real.”

–En muchos estados la tecnología es inexistente…

–Sí la hay, desde los teléfonos celulares. No tengo toda la imagen de cómo era hace 20 a 30 años el sistema de salud, pero ahora es muy diverso. México es heterogéneo. Más de 120 millones de personas en un territorio amplio, con casi 20 por ciento de población indígena y condiciones de vida distintas.

“El sistema de salud debe ser público y fuerte. Lo hicimos en el Instituto de Nutrición, que es de primer orden. Se puede lograr. Yo mismo hacía medicina privada, pero no resuelve el problema de salud del país. Se requiere un sector público bien desarrollado, sólido.”

–¿Con qué se ha encontrado, qué le ha sorprendido en los recorridos por el país?

–Hay factores que impactan de forma distinta. Un ejemplo claro: el número de mujeres que trabajaban hace 20 o 30 años ha crecido. Se necesitan guarderías como espacios de educación y salud. Algo evidente es el envejecimiento de la población. Antes no teníamos la necesidad de atención geriátrica. Por eso la importancia del programa Salud Casa por Casa. Otro asunto es la mortalidad, cómo varía según la edad de las personas.

“Estar en la secretaría me ofrece, como médico, una oportunidad de ampliar la imagen de lo que es la salud en el país. Es una responsabilidad mucho más grande que ser médico o director de un instituto.”

–¿Qué necesitan el país y las personas?

–No evito los problemas; se requiere abasto de fármacos, servicios. Dentro de eso, estrategias para avanzar con más calidad, seguridad y eficiencia. Ejemplo: en medicamentos hay esenciales que no se puede dejar de tener. Otros son opcionales. Se puede tener uno u otro.

–¿México se subió al tren de la innovación?

–El sistema de salud es bueno. Requiere afinar cosas, pero le pongo ejemplo en medicamentos. El número de personas que antes no accedía a los fármacos ni con Seguro Popular ni con los gastos catastróficos. Si ganan el salario mínimo es difícil que los compren. Hoy pueden tenerlos. El problema real es detectar tempranamente la enfermedad. Pocos países tienen lo que México en medicamentos gratuitos, como es para la hepatitis crónica y VIH/sida.

“Se habla de las cosas malas, pero se olvidan las buenas, que son más. Eso no significa que nos olvidemos de lo que falta. Se olvida que 19 por ciento de la población tiene diabetes y tenemos medicinas.

“Vamos a presentar un programa contra esta enfermedad con enfoque en la cultura y costumbres de la población. Hemos visto comunidades donde no se ha entendido que se puede prevenir.

“Debemos pensar fuera de la caja para ver cómo abordamos esa mentalidad de mucha gente que toma bebidas azucaradas sabiendo que les hacen daño, y si tienen diabetes lo consideran como un mal ‘que les tocaba’, no como una enfermedad que pueden evitar.”

–¿Seremos como Dinamarca?

–No hay un sistema de salud en ninguna nación con una solución completa. Cada uno es distinto; hay factores como el tamaño del país, la población, los determinantes sociales, por lo que decir que un sistema de salud debe ser igual para todos es difícil. Aspiramos a dar un servicio lo mejor posible, con calidad, seguridad y eficiencia.

“En México, como consecuencia del covid-19 traemos una gran carga por el impacto que tuvo en muchos aspectos médicos. Tenemos que ir abordándolo y tratar de resolverlo.

“En cambio, existen otras oportunidades, como la partería profesional. Uno vive en las grandes ciudades y no tenemos contacto con ese trabajo. Son sorprendentes las habilidades de las parteras. Saben manejar muy bien el parto, cambiar la posición del producto.”

–¿Qué es la rectoría del sistema de salud?

–Una responsabilidad del secretario es tratar de armonizar a las instituciones, entender a la gente y darles servicio. Es propiciar la salud de las personas sanas y enfermas e identificar las acciones prioritarias, como la vacunación. Hemos trabajado arduamente en abatir el rezago y vamos por un registro nominal de las dosis aplicadas. México tiene la oportunidad de avanzar en salud global, como en el control del dengue. Para ello tenemos una estrategia nacional.

–¿El gobierno y la Ssa están más cerca del sector privado?

–Sí, es parte del sistema de salud y estamos comprometidos con la innovación. Es un lazo bilateral, donde la industria debe tener responsabilidad social y ver, por ejemplo, el costo de los medicamentos innovadores. Es muy alto y a veces la inversión se recupera con la venta de un año a escala mundial. Hay que escuchar y dialogar.

–¿No ve el riesgo de que el sector privado influya en la toma de decisiones de política pública?

–No creo. Debe estar claro qué le toca a cada quien. La gestión y rectoría del sector corresponde a la Secretaría de Salud.

–¿Cuáles son los planes para Birmex?

–Va a continuar como entidad compradora de medicamentos, distribuidora y fabricante. Tiene la infraestructura y en esta administración lo veremos como parte del plan de la Presidenta de contar con una industria farmacéutica nacional. El objetivo es bajar el costo de la innovación para el gobierno y si surge una emergencia ya tener una instalación que nos permita ser independientes.

–¿Cuándo habrá vacuna Patria para covid-19?

–No depende del gobierno. Su disponibilidad depende de que el fabricante, laboratorio Avimex, decida si la va a producir. Antes se trataba de una compra de emergencia, ahora necesitamos una cobertura nacional. La Ssa ha ofrecido comprar las vacunas, 10 millones de dosis. Con eso se asegura la inversión de la empresa, pero deben estar a tiempo y, antes, cumplir con la regulación sanitaria. Si no la tienen disponible no podemos comprarla.


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