
Nota publicada: 2025-05-05
Madrid. España vivió una nueva jornada de caos. A tan sólo una semana del apagón masivo, que dejó sin energía eléctrica a más de 45 millones de personas, una serie de incidencias en las vías de los trenes de alta velocidad que comunican Sevilla con Madrid afectaron a más de diez mil 700 pasajeros, muchos de ellos tuvieron que pasar la noche a mitad de camino, sin comida ni agua y los vagones apagados para ahorrar gasóleo mientras se recuperaba la “normalidad”.
El ministro de Transporte, el socialista Óscar Puente, atribuyó los retrasos masivos a un “sabotaje”, si bien desde la empresa pública ferroviaria española, Renfe, informaron que durante la madrugada se había registrado el robo de cable de cobre de las vías en las inmediaciones de Toledo, que es vital para garantizar la seguridad de la red.
Las estaciones de Atocha, en Madrid, y la de San Justo, en Sevilla, estaban atiborradas de pasajeros esperando alguna señal o algo de información sobre sus trenes. Muchos de ellos pasaron la noche a la intemperie, esperando que alguien de Renfe les informara de los pormenores de la situación. Los que ya iban en los trenes cuando se registró la incidencia, alrededor de las nueve de la noche, solamente fueron informados por el personal de atención al viajero de que tendrían un retraso de “cinco, seis y hasta siete horas”.
Y que, por tanto, “tenían que suspender el servicio de luz de los trenes para ahorrar energía”. En muchos de estos trenes, que pasaron la noche parados y sin nadie que les asistiera con comida y que les trasladara a un hotel cercano para pasar la noche, viajaban familias con niños y ancianos, y en algunos casos se registraron emergencias sanitarias, como una niña de nueve años que durante la crisis le brotó una apendicitis agudo que obligó a su traslado urgente al hospital.
El origen de esta nueva crisis en el sistema ferroviario español, que en los últimos años está siendo fuertemente criticado por los usuarios por sus constantes retrasos, sus problemas técnicos y por la mala atención de la empresa pública, se debió al robo de cable de cobre en cuatro puntos de la provincia de Toledo .
Además, según el ministro Puente, también se registró un “enganchón” de un tren de la empresa italiana Iryo que arrastró la catenaria, pero que fue desmentido por los responsables de la compañía ferroviaria. La crisis duró más de doce horas, y no se logró restablecer la normalidad de la red hasta pasadas las cuatro de la tarde del día siguiente.
El ministro de Transportes aseguró que “la afectación a los trenes que aún quedan por circular va a ser muy seria. Y apenas tendremos dos horas desde que acabemos hoy para repararlo. La Guardia Civil investiga ya los hechos, de un incidente muy grave.
Los ladrones han ido a tiro hecho, y si es un robo estamos hablando de mil euros como mucho, pero los daños son terribles. Es un acto deliberado y esperaremos a ver si tiene un interés económico, que es mínimo, o tiene un interés de otro tipo”.