• Hermosillo, Sonora, México a 2013-06-16  |  Año 29 No. 11    

¿ Dónde quedo Félix Zuloaga ?


Nota publicada: 2013-06-16

El histórico panteón del Tepeyac -fundado en 1660 y reinaugurado en 1865- está situado en el cerro del mismo nombre que está atrás de la Basílica de Guadalupe. Se trata de un cerro largo partido en dos por la avenida Cantera que ahí hace esquina con la calzada de los Misterios.

La parte trasera -la más baja del cerro- es el lugar de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, y la que limita y se conecta con la Basílica -la parte alta- alberga el célebre panteón virreinal.

El panteón se encuentra prácticamente cerrado -por la puerta principal  a la que se llega por una amplia escalinata que conecta con la Basílica- para todos aquellos que no sean parientes de los difuntos. El que desee entrar por su cuenta debe conseguir un permiso especial de la Oficina de Panteones de la Delegación Gustavo A. Madero.

Para ingresar hay que rodear y entrar por el callejón Quintana en la parte de atrás, formado por una pendiente y rodeado de pequeños comercios y casas conectadas a la puerta norte del panteón, donde la vigilancia la representa  un viejo guardia uniformado sin armas, que se jacta de trabajar 24 horas corridas intercaladas con un día de descanso.

Su refugio es una pequeña carpa de madera de ocho metros cuadrados llena de estampas del Sagrado Corazón y la Guadalupana decorada con un camastro, armado con un viejo tablón y cubierto de cojines destripados de hule espuma amarillento, de un viejo sillón abandonado.

“Con la experiencia de haber trabajado en funerarias,bancos,cantinas y panteones, he llegado a la conclusión de que me inspiran más miedo los vivos que los muertos”; señala con ironía el guardia que responde a la pregunta de “si no le causa miedo” dormir cada tercer día entre las más de mil quinientas tumbas que pueblan uno de los panteones de mayor tradición histórica y religiosa de México.

El panteón ha llamado la atención de propios y extraños. Ahí se encuentran los restos de muchos mexicanos, ilustres unos y controvertidos otros, por lo que el inmueble ha sido declarado monumento histórico y su operación está regulada tanto por el gobierno del DF como por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Olvidada entre la hojarasca y la humedad, por una pequeña colina que bordea escalinatas entre enredaderas y zacate seco, destaca la tumba del general Bernardo Reyes (1850-1913). Murió en febrero del 1913 al querer tomar el Palacio Nacional-a caballo- en los inicios de la Decena Trágica.

Hacia el centro del predio se encuentra ubicada la tumba de Delfina Ortega de Díaz, sobrina y esposa de Porfirio Díaz. Murió en 1880. Su tumba se encuentra abandonada. Cerca, está la de Justo Benítez, candidato a la presidencia en 1880 contra Manuel González.

Llama la atención la tumba del poeta Xavier Villaurrutia. Se encuentra al subir una de las escalinatas del cerro. Se nota por su mensaje que dice: “Dicen que he muerto, no moriré jamás. ¡Estoy despierto!

En una que destaca se lee: “Excelentísimo Señor General Antonio López de Santa Anna" sepultado allí el 21 de junio de 1876, y la “serenísma” (sic) Sora Dolores Tosta de Santa Anna, sepultada junto a él en agosto 11 de 1886. El sepulcro es de granito. Dice la inscripción: “El arquitecto académico al cual la señora Tosta le encargó la tumba la quería en forma de una estela de buen gusto porque evocaba los monumentos funerarios de la Roma antigua con las seis antorchas invertidas”. El guardia cuenta que un personaje de los medios de comunicación anualmente llegaba a la tumba a proferir maldiciones y a orinar en ella.

En el panteón del Tepeyac estuvieron 73 años los restos del ex presidente de la República Félix María Zuloaga Trillo; desde el 12 de febrero de 1898 cuando fue sepultado, hasta el 27 de febrero de 1971 cuando fue exhumado para ser colocado en el área de nichos de la Basílica antigua según información recabada con la administradora del panteón.

El lugar donde estuvo su tumba, al poniente del panteón a 15 metros de la barda y a 90 de la entrada principal, está cubierto por una extensa vegetación donde domina el rocío, especie de enredadera que cubre todo.

A la tumba -modesta y sin mayores pretensiones- de granito, piedra y bloques de cemento le arrancaron las placas que lo identificaban y se ve que cuando exhumaron los restos, rellenaron la bóveda con piedra volcánica. Se ve también una vieja cruz quebrada, tirada sobre la superficie de la tumba, la piañita que la sostenía luce rota y solo queda el pedazo oxidado del tornillo que la sostenía.

Un viejo árbol de bugambilia en flor color morado se niega a caer y luce encorvado sobre la tumba entre nardos, lilis, malbón, lirios y una diversidad de pinos de todos colores y tamaños.

La esposa de Félix Zuloaga, María de la Gracia Felipa Palafox Garibi -activa filántropa y militante religiosa-, con quién durara en matrimonio 47 años, fue sepultada en 1889 inicialmente en el Panteón Francés, y trasladada después a la iglesia de la Santa Veracruz, ubicada en la avenida Reforma, al lado de sus dos hijos Manuel Gregorio e Ignacio Félix Francisco de Paula Zuloaga Palafox, muertos a los 16 años el primero, y a los 6 el segundo. Sólo se les logró la segunda hija, Elena María, casada en 1872 con Jesús Bejarano Verduzco.

Manuel José de Zuloaga y Orendáin-hijo de Tomás de Zuloaga y María Josefa Orendáin- y su esposa Mariana Trillo y Muñoz de Olvera vieron nacer a su hijo Félix en Álamos el 31 de marzo de 1813 en la casa-entre las calles Alberto Gutiérrez y Comercio “Los altos de Bojórquez” que originalmente perteneciera a Luciano Bojórquez y hoy propiedad del actor Elmore Ruel Torn jr. (Rip Torn) conocido en México por robocop 3, y hombres de negro.

Félix fue el cuarto hijo; después de Luis,Petra y Manuela, y antes de Concepción y Tomás. La familia se mezcló con los apellidos Anchondo,Prieto,Alvarez, Palafox, Luján,Azúnzulo, Bermúdez, Baranda, Muller,Creel Terrazas y Burns entre otros. Aparecen los hermanos Zuloaga como socios de la minera de corralitos y el barranco colorado,del cantón Galeana en el Estado de Chihuahua a donde habían emigrado desde 1816.

Félix estudió en el seminario de la Ciudad de México y posteriormente realizó estudios de ingeniería. En 1834 recibió el nombramiento de teniente de guardia nacional. En 1836 fue nombrado teniente de ingenieros. Ascendió a capitán en 1841 y a teniente coronel en 1843. Participó activamente en la defensa del país en contra de la invasión norteamericana dirigiendo la fortificación de Monterrey. Fue regidor y alcalde constitucional de Chihuahua. En 1854 combatió la Revolución de Ayutla y en diciembre de 1857 proclamó el Plan de Tacubaya combatiendo la constitución de 1857.

Zuloaga fue presidente de la República en dos ocasiones: la primera del 23 de enero al 24 diciembre de 1858 y la segunda del 24 de enero al 2 de febrero de 1859. Tuvo oportunidad de una tercera ocasión por decreto del 9 de mayo de 1860, pero no la asumió. El gobierno de los Estados Unidos le hizo una oferta de compra de los estados de Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Baja California, pero Zuloaga la rechazó de inmediato y el gobierno norteamericano lo desconoció.

Dice Cruz Barney: “El movimiento de Zuloaga representó la reacción de una parte muy importante de la sociedad mexicana que no estaba de acuerdo con las reformas planteadas por el grupo liberal. Un enfrentamiento entre dos formas de concebir las relaciones sociales,políticas y económicas”...“En materia de justicia la tarea del gobierno de Zuloaga fue grande”.

En 1861 lo quisieron culpar de la muerte de Melchor Ocampo. Al final la historia demostraría que el verdadero culpable fue Leonardo Márquez.

En su obra quiso convocar a un Congreso Constituyente, restableció la Nacional y Pontificia Universidad de México, reconstituyó la Suprema Corte de Justicia y decretó la creación de un Concejo de Gobierno, encargado entre otras cosas de formar la ley orgánica de la República.

Zuloaga y su familia se exiliaron en Cuba de 1865 a 1871. Regresaron protegidos por la amnistía decretada por Juárez.

Se retiró de la política y los últimos años de su vida los dedicó a cultivar tabaco y a venderlo en su propio estanquillo, ubicado en el centro de la Ciudad de México en la antigua calle de San francisco. ¿Un anciano ex presidente de la República encanecido y en la pobreza dedicado a la venta de cigarros, puros y tabaco en rama?. Sin pensión, y ubicado oficialmente como uno de los perdedores de la historia, de algo tenía que vivir.

Una revisión exhaustiva del destino de cada uno de los personajes que en 50 años participaron en una de las etapas de mayor convulsión histórica de México, como lo fueron los años de búsqueda de rumbo y la formación del Estado mexicano entre 1824 y 1874, nos llevará a entender las motivaciones, las prendas políticas y la vocación de los hombres que construyeron ese importante tramo de la historia mexicana con todas sus imperfecciones, virtudes, defectos y orientaciones ideológicas.

Tanto en el bando liberal como en el conservador se dieron personajes de verdadera trascendencia,leales a su causa, con ideas propia en la búsqueda de ordenar las cosas de México a nombre de la unión,el orden,la justicia, las libertades y contra una religión de Estado.

Gutiérrez de Estrada,Gonzaga,Couto y Zuloaga, en el bando conservador; Juárez, Zarco,Zaragoza y Ocampo, en el liberal, por ejemplo, han sido ejemplos vivos de la combinación de acción con ideas y proyectos de país, y no solo la búsqueda del poder por el poder mismo.

Así fue Félix Zuloaga, quien murió a los 85 años,que llegó a la presidencia después de abrazar primero la causa liberal.Nunca cobró sueldo como presidente; Quien califique su actuación pública, necesariamente deberá balancear su carrera política y militar.

Zuloaga decía: “Cuando se hace callar la razón, los hechos hablan, y cuando se destruyen todos los intereses y se conculcan todos los sistemas y todos los principios, hay dos cosas que permanecen en pie y que nos juzgan a todos: la verdad y la justicia". “El gobierno opondrá a un plan que todo lo destruye,otro que lo conserva todo”. “Los mexicanos forman todos una sola familia política,sin distinción de orígenes ni localidades. Para acceder a los cargos públicos,no se exigen sino cualidades individuales.”

Al acudir a la oficina de registro de los nichos, la responsable buscó varias veces en los archivos digitales el nombre de Félix Zuloaga y no lo encontró...“Quizá no lo han dado de alta porque los registros aquí aparecen desde 1977” -la burocracia no hace excepciones ni en la nueva basílica que funciona desde 1976-. Por eso queda la duda: ¿Donde reposa el primer presidente de México de origen sonorense?¿Dónde quedó Félix Zuloaga? Su tumba yace olvidada...y al parecer su nicho también. Que pena.

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