Nota publicada: 2025-11-20
El bullying, no siempre se manifiesta con gritos. A veces toma la forma de silencios prolongados, correos sin respuesta o líderes que toleran la humillación como parte del trabajo. Para Amy Cuddy, investigadora de Harvard y autora del best seller El poder de la Presencia, el bullying organizacional es una epidemia global que “silencia a quienes detectan el peligro y destruye el futuro de la innovación”.
Durante su participación en WOBI México, Cuddy compartió datos estremecedores: en hospitales del Reino Unido, más de 200 muertes de pacientes fueron vinculadas a una cultura de intimidación, silencio y miedo.
“Cuando el miedo se vuelve norma, la información deja de fluir y los errores se multiplican”, explicó. En algunos centros médicos, la mortalidad se duplicó, y más del 60% de los residentes quirúrgicos reconocen haber sufrido acoso, aunque el 70% dijo que jamás lo reportaría.
El fenómeno no se limita al sector salud. Cuddy citó ejemplos de bomberos y astronautas que pagaron con su vida las consecuencias del miedo institucional: “El desastre del transbordador Challenger, como después el del Columbia, ocurrió porque los ingenieros que advirtieron el peligro fueron ignorados y silenciados por temor a la jerarquía”.
El fenómeno no se limita al sector salud. Cuddy citó ejemplos de bomberos y astronautas que pagaron con su vida las consecuencias del miedo institucional: “El desastre del transbordador Challenger, como después el del Columbia, ocurrió porque los ingenieros que advirtieron el peligro fueron ignorados y silenciados por temor a la jerarquía”.
El precio humano del bullying
El costo del bullying o acoso no solo es laboral: es personal. Cuddy narró su propia experiencia al enfrentar una campaña de acoso académico tras su célebre charla TED sobre el poder de la postura y la presencia.
“Fue una muerte social”, confesó ante el público. “Preferiría tener 10 lesiones cerebrales más antes que volver a pasar por eso”, comentó con la voz entrecortada.
El acoso académico y profesional, dice, genera aislamiento, ansiedad y pensamientos suicidas. “Tus amigos no están ahí porque tienen miedo. Todo lo que haces se malinterpreta. Las mentiras viven para siempre en internet”. Según sus datos, el 49% de los investigadores considera abandonar la academia, lo que se traduce en descubrimientos perdidos, estudiantes sin mentoría y un futuro truncado.
El acoso académico y profesional, dice, genera aislamiento, ansiedad y pensamientos suicidas. “Tus amigos no están ahí porque tienen miedo. Todo lo que haces se malinterpreta. Las mentiras viven para siempre en internet”. Según sus datos, el 49% de los investigadores considera abandonar la academia, lo que se traduce en descubrimientos perdidos, estudiantes sin mentoría y un futuro truncado.
Liderar desde la valentía
Para Cuddy, el liderazgo no puede medirse solo en resultados, sino en la seguridad psicológica que se genera dentro del equipo. “La cultura de una organización está determinada por el peor comportamiento que sus líderes están dispuestos a tolerar”, advierte.
Su propuesta es redefinir el liderazgo como un acto de valentía social. Esto implica modelar comportamientos que transmitan seguridad, empatía y apertura. “Cuando un líder demuestra valentía social, muestra a su equipo que es seguro hablar. Y eso es contagioso”, explica.
4 pasos para transformar la cultura y reducir el bullying
Cuddy identifica cuatro principios fundamentales para transformar la cultura del miedo o bullying:
Reconocer al acosador antes de que sea tarde. Detectar las señales tempranas permite “interrumpir la apertura” y evitar que el abuso se normalice.
Practicar la valentía social en comunidad. Una sola persona no puede cambiarlo todo, pero un equipo sí puede crear sistemas que recompensen la integridad, no la crueldad.
Rediseñar los incentivos organizacionales. Los sistemas deben premiar la colaboración y la transparencia, no el miedo.
Comenzar de nuevo. “Debemos permitir a las personas volver a empezar con gracia y perdón. Esto no es venganza: es progreso.”
Rehumanizar las organizaciones
Tras años de investigación y dolor personal, Amy Cuddy insiste en que muy pocas personas son auténticamente abusivas. La mayoría, dice, simplemente repite patrones de defensa y miedo. Pero eso no nos exime de responsabilidad:
Frente a ese panorama, su llamado es claro: rehumanizar las organizaciones. “Tenemos que reactivar nuestro sistema colectivo de acercamiento, volver a empoderar a quienes dependen de nosotros y empezar por cuidarnos a nosotros mismos”.
Su concepto de social bravery –valentía social– se ha convertido en un manifiesto para los nuevos líderes. En tiempos donde la confianza es un bien escaso, Cuddy recuerda que liderar es proteger el espacio donde otros pueden atreverse a pensar, crear y disentir.
Y concluye con una frase que resume su filosofía: “Muy pocas personas son realmente acosadoras; la mayoría tiene la capacidad de convertirse en un corazón valiente.”