
Nota publicada: 2025-08-01
La palabra “genocidio” ya no puede evitarse. Así lo declaró el escritor israelí David Grossman, una de las figuras más respetadas y premiadas de la literatura contemporánea, en una entrevista con el diario La Repubblica. Tras meses de destrucción masiva en la franja de Gaza por parte de Israel, Grossman, quien ha sido durante décadas una voz crítica dentro de Israel, acusó directamente al gobierno israelí de perpetrar un crimen contra la humanidad.
“Durante mucho tiempo me negué a usar esa palabra, pero después de lo que he leído en los periódicos, de las imágenes que he visto, de hablar con personas que han estado allí, ya no puedo evitarlo”, declaró el autor, cuya familia ha sufrido personalmente los efectos del conflicto.
Grossman afirmó que nunca imaginó tener que vincular el término “genocidio” con su país, pero aseguró que el horror de lo que está ocurriendo en Gaza lo obliga a hacerlo: “Me pregunto: ¿cómo hemos llegado hasta aquí? El solo hecho de pronunciar la palabra ‘genocidio’ en referencia a Israel, al pueblo judío, el simple hecho de que se pueda hacer esta asociación debería bastar para darnos cuenta de que algo muy malo nos está sucediendo”.
Ganador del Premio Israel —la más alta distinción cultural del país— y reconocido activista por la paz, Grossman agregó que el uso de esa palabra no es simbólico ni exagerado. “Esta palabra es una avalancha. Una vez que la pronuncias, se hace más grande, como una avalancha. Y añade aún más destrucción y sufrimiento”.
Sus declaraciones llegan en un momento crítico, luego de que dos importantes organizaciones israelíes de derechos humanos también señalaran que las acciones del gobierno en Gaza pueden constituir un genocidio. La devastación, el desplazamiento masivo y el colapso humanitario, incluyendo reportes de hambruna intencional, han desatado denuncias por crímenes de guerra en foros internacionales.
“Leer en un periódico o escuchar en conversaciones con amigos en Europa la asociación de las palabras ‘Israel’ y ‘hambre’, especialmente viniendo de nuestra propia historia, de nuestra supuesta sensibilidad hacia el sufrimiento humano, es devastador”, lamentó el autor de *La vida entera*.
Grossman responsabilizó a la ocupación israelí de los territorios palestinos como el punto de quiebre moral del país. “La ocupación nos ha corrompido. La maldición de Israel comenzó en 1967. Hemos sucumbido a la tentación de nuestro poder absoluto”, afirmó.
En un giro político, Grossman también respaldó el reconocimiento del Estado palestino por parte de potencias europeas, como Francia y el Reino Unido. Señaló que un Estado con obligaciones reales podría ser más viable que una Autoridad Palestina debilitada, siempre que existan condiciones claras, como elecciones sin participación de grupos armados.
Sin ambigüedades, reafirmóque la única salida posible es la creación de dos Estados. “Será complejo. Pero no hay otro plan”, sentenció.