• Hermosillo, Sonora, México a     |  Año 29 No. 11    

Conversaciones que sanan, historias que liberan

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Nota publicada: 2025-06-22

Conversaciones que sanan, historias que liberan


Este blog es un viaje entre ideas y emociones. Entre lo que leemos… y lo que vivimos. Entre las enseñanzas de mujeres sabias como Susan Scott y Mel Robbins, y las batallas internas que seguimos librando para sanar y crecer.

En él veremos como conversaciones poderosas y el acto de soltar no son conceptos aislados. Hijo llaves. Llaves que nos permiten abrir puertas que llevábamos años evitando. Y al cruzarlas, descubrimos que debajo del juicio, el miedo o la tristeza… siempre hay una verdad que espera ser abrazada.

Y las comparto contigo, porque quizás, en ella, también tú encuentres, al igual que yo, una llave para soltar lo que ya no necesitas cargar.

Lo que estoy leyendo

Esta quincena me encontré leyendo dos libros que, por sus títulos, parecen llevarnos por caminos opuestos: “Fierce Conversations” (Conversaciones Feroces) de Susan Scott y “The Let Them Theory” (La Teoría de Dejarlo Ir) de Mel Robbins. Sin embargo, al adentrarme en sus páginas descubrí que, lejos de contradecirse, se complementan magníficamente. Ambas autoras nos conducen por el camino del autoconocimiento, el autodominio y la sabiduría de estar presentes, cada una desde su estilo, pero con un mismo destino: empoderarnos para vivir con mayor claridad, paz interior y propósito.

Susan Scott, figura emblemática en el mundo Vistage, no solo inspiró a millas de líderes, sino que fue clave en el diseño de algunos de los formatos más potentes de la práctica que seguimos usando hasta hoy. Su enfoque se basa en realizar preguntas incisivas que no buscan imponer, sino abrir. Con cada conversación bien dirigida, Susan guía a la persona hacia el descubrimiento de la causa raíz del conflicto, y desde ahí, al camino del descubrimiento de la sabiduría interior. Ella nos recuerda que una conversación bien hecha no solo resuelve... transforma.

Mel Robbins, por su parte, nos lleva por un sendero distinto: más íntimo, más intuitivo, más personal. En “The Let Them Theory” no dialoga con otro, sino contigo como lector. A través de historias personales y hallazgos científicos sobre el funcionamiento de la mente humana, Mel nos guía a entender el poder de soltar lo que no podemos controlar, para después, desde esa liberación, asumir el mando de nuestra vida con más sabiduría, poder y serenidad. No se trata de renunciar, sino de soltar para poder enfocarte en lo que realmente importa.

Lo hermoso es que, aunque los caminos son distintos, el destino es común: el empoderamiento auténtico. Ambas autoras nos entregan herramientas para responder —no desde la reactividad, sino desde la elección consciente— y actuar desde un lugar más sabio, amoroso y alineado con nuestra verdad más profunda.

Una pregunta poderosa puede abrir un corazón. Un “déjalos” bien sentido puede liberarte del peso ajeno. Entre palabras que revelan y renuncias que empoderan… Ahí florece nuestra verdadera transformación.

Ambos libros vale la pena leer, estudiar y aplicar.

Coleccionando a gente hermosa

Esta semana quiero reconocer con gratitud y admiración a mi consejo de pares de Vistage.

Te cuento, la semana pasada nos embarcamos en nuestro primer retiro anual, con el propósito de integrarnos más allá de los títulos y los roles. Diseñé un programa que combinó dos dimensiones esenciales: por un lado, ejercicios de Inteligencia Positiva que nos permitieron conocernos desde una óptica profundamente humana; por otro, una regata de veleros en el lago de Valle de Bravo, donde el juego, la colaboración y la competencia se entrelazaron en una experiencia inolvidable.

Lo que más me tocó fue la apertura y humanidad de los nueve integrantes del grupo al compartir sus historias de lucha que las y los han definido, permitiendo al grupo hermanarse a través de la profundidad de la vulnerabilidad. En un mundo saturado de agendas ocultas y máscaras, este espacio donde reina la confianza, el interés legítimo por crecer y ayudar a crecer, se ha vuelto un oasis.

Sin duda, esta nueva dinámica del retiro de un par de días nos ayudó a dar el siguiente paso: de no simplemente una red de apoyo profesional… a convertirnos en una verdadera comunidad de líderes que se acompañan con honestidad, se retan con amor y se inspiran con propósito.

A mi tenaz equipo de directores y directores generales: gracias. Gracias por confiar en el modelo, por confiar en mí como su silla, y sobre todo, por inspirarme a ser mejor líder y mejor ser humano.

Mi lucha diaria

Esta mañana decidí aplicar, de forma consciente y profunda, la metodología de “dejar ir” de Mel Robbins. No desde la teoría, sino desde el silencio de mi meditación.

Me hice una pregunta directa: ¿Qué sigo cargando de mi pasado que aún no he resuelto? Y al sostener el silencio con valentía, llegué a un rincón que había preferido evitar. Un espacio que aún dolía. Un recuerdo no procesado que se había convertido en carga, tristeza y contradicción interna.

Tenía 13 años. Había ido a vivir a Estados Unidos con mi madre después del divorcio. Y mi mamá —a quien amé profundamente y que hoy descansa en paz— había tomado mal, muy mal la separación. Llenó su corazón de desprecio, acusación y rencor, buscando aliados en su dolor.

Te describo el escenario del conflicto. Esa noche, una noche de verano típica en Florida —con el aire denso y húmedo, casi irrespirable— entra a casa y el encuentro en las penumbras, sentada, con un cigarro en una mano y una botella de vodka sobre la mesa.

Me llamo:

“Mc Neely, ven aquí.”

“Sí, mami.”

“¿Ves ese bate de béisbol en la esquina?”

“Sí, mami.”

“Pues si aparece tu papá, quiero que lo tomes, te pegues con él en la cabeza, lo amarremos, lo arrastramos hasta ese clóset… y lo encerramos ahí para que se muera de hambre.”

Me quedo en silencio. Y la miré con incredulidad.

Y ella me devuelve la mirada con dureza:

"No me mires así. Tú te crees mucho... al igual que él. Pero no te creas tanto, porque tú vas a fracasar al igual que él".

…supongo que ella veia en mi, algo de la fuerza que en un incio la había atradido a mi padre y que ahora, también quería destruirla en mi…

En ese momento me di la vuelta. Salí de la casa. Para nunca más regresar a vivir ahí.

Intenté cerrar mi corazón para no sufrir. Quise ser fuerte. Pero como el ser sensible que soy, lo que se formó en el fondo fue un agujero… que con el tiempo se llenó de tristeza, añoramiento y confusión. Un lugar en que se violó un pacto inconsciente: no ser grande como mi padre… para no hacerla sufrir a ella.

Esta mañana, por primera vez en décadas, rompí ese pacto. En el espacio íntimo de mi meditación, solté el poder que le había otorgado a mi madre sobre mi autoestima. Solté la culpa, el miedo y la autoexigencia disfrazada de protección.

Y en su lugar, me di a mí mismo el amor que nadie más puede darme. Reescribí la escena, no para cambiar el pasado, sino para sanar su eco. En voz de mi madre, me ofreci un bálsamo de amor profundo:

“Te amo tal como eres.

Veo en ti la fuerza de tu padre, y eso me hace feliz.

Sal al mundo y enciéndelo con tu belleza, tu fuerza, tu amor y tu sabiduría.”

Y al hacerlo, algo se liberó.

Reflexión final

Soltar no es olvidar. Es dejar de vivir encadenado al pasado. Es darle voz al alma. Y volver a casa, con más luz.

Hoy, más que nunca, creo en la posibilidad de reescribir nuestra historia con palabras que once, con gestos que sanen, y con decisiones que nos reconcilian con nuestra propia grandeza.

Si este blog te mueve algo por dentro, tómate un momento. Respira. Y pregúntate:

¿Qué conversación estás impidiendo tener?

¿Qué historia estás listo para soltar?

Porque en esa pregunta, tal vez, empieza tu próxima libertad.

Ten un gran día.

Mac Kroupensky




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