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Más allá del yoga a la hora del almuerzo y el café gratis: Estrategias reales para reducir el estrés laboral

Entrepreneur /




Nota publicada: 2025-05-11


Lord Mark Price, fundador de WorkL

Los directores ejecutivos, líderes de RR. HH. y gerentes de línea reconocen la necesidad de abordar el estrés laboral, no solo desde un punto de vista moral, sino como una necesidad empresarial. Sin embargo, ante esta creciente concienciación, muchas organizaciones recurren a soluciones superficiales: ofrecen yoga a la hora del almuerzo, pufs en las zonas de descanso y un suministro ilimitado de café de calidad profesional. Si bien estos beneficios pueden ser apreciados, rara vez abordan el verdadero problema. El problema es más profundo. Si queremos apoyar verdaderamente a nuestros empleados y crear lugares de trabajo más felices y productivos, debemos mirar más allá de la estética y llegar a la raíz del problema que genera el estrés en los empleados.

Durante mi etapa como director general de Waitrose y ahora como fundador de WorkL , una plataforma dedicada a mejorar la felicidad en el trabajo, conozco de primera mano lo que sucede cuando se prioriza a las personas en la estrategia empresarial. A través de WorkL, hemos encuestado a millones de trabajadores de todos los sectores. Los resultados revelan que la reducción sostenida del estrés no se debe a las ventajas, sino al propósito, las personas y los procesos.

El argumento empresarial a favor de la felicidad de los empleados

La felicidad de los empleados es una ventaja estratégica. Las organizaciones con empleados comprometidos y satisfechos experimentan una mayor productividad, una menor rotación de personal y un mejor rendimiento financiero. Creo que toda organización debe contar con una Estrategia de Felicidad Corporativa, en paralelo con su plan de negocios.


1. Propósito: Por qué hacemos lo que hacemos

Una de las mayores causas de estrés es la falta de sentido en el trabajo. Cuando los empleados no comprenden cómo su trabajo contribuye a la misión general de la empresa, o peor aún, cuando no existe una misión mayor, se desvinculan. Esta desvinculación genera ansiedad, descontento y una sensación de inutilidad. La claridad de propósito tiene un efecto calmante. Crea alineación. Los empleados ya no se sienten como si estuvieran corriendo en una cinta de correr, sino como parte de un viaje.

Acción: Comunicar periódicamente la misión de la empresa y vincularla con los roles individuales. Celebrar no solo los resultados, sino también las contribuciones al propósito común.


2. Personas: Liderazgo, Confianza y Relaciones.

Gran parte del estrés laboral se debe a la mala comunicación, la falta de retroalimentación, la microgestión o, peor aún, a un liderazgo tóxico. La relación que tienes con tu gerente es un indicador clave de tu satisfacción laboral. Una buena gestión no se basa en carisma ni en una estrategia ingeniosa, sino en atención, claridad y coherencia. Los gerentes deben establecer expectativas, brindar retroalimentación constructiva y escuchar.

La seguridad psicológica es vital. Los empleados deben sentir que pueden hablar sin temor a represalias. La confianza, una vez construida, es un poderoso antídoto contra el estrés. Permite a las personas entregarse plenamente al trabajo, pedir ayuda y admitir errores, lo que en última instancia genera lealtad y compromiso a largo plazo.

Acción: Invertir en el desarrollo gerencial centrado en la inteligencia emocional, la capacidad de escucha y la creación de entornos psicológicamente seguros.

3. Proceso: Autonomía, equidad y flujo

A menudo pasados ??por alto, los sistemas y procesos que implementamos pueden empoderar a las personas o agotarlas. Las reglas inflexibles, la burocracia excesiva y la toma de decisiones poco clara crean fricción. Esa fricción genera frustración y estrés. Igualmente, la falta de autonomía puede hacer que los empleados se sientan impotentes. Cuando se confía en las personas para tomar decisiones y se les da flexibilidad en su forma de trabajar, el estrés disminuye. La autonomía crea una sensación de control, y con el control vienen la calma y el empoderamiento, uno de mis Seis Pasos para la Felicidad en el Lugar de Trabajo. Durante mucho tiempo he abogado por la equidad como un principio empresarial central. Los empleados son conscientes de las desigualdades en salario, oportunidad y reconocimiento. Cuando perciben un trato injusto, crea resentimiento y estrés. Igualmente, los sistemas justos y transparentes reducen la incertidumbre y construyen buena voluntad; a esto lo llamo Intercambio de Información. El flujo es un elemento crítico. Cuando las personas están empantanadas en reuniones innecesarias, tecnología deficiente o prioridades conflictivas, su trabajo se vuelve inconexo. Crear flujos de trabajo más fluidos, reducir la administración y mejorar los sistemas brinda a las personas más tiempo para realizar un trabajo significativo.

Acción: Auditen sus procesos. Pregúntenles a sus equipos qué les hace perder el tiempo, qué les frustra y dónde se sienten impotentes. Actúen al respecto.


4. Escuchar primero, actuar después

Muchas organizaciones adivinan qué necesita su personal. Invierten en iniciativas de bienestar superficiales sin siquiera preguntarse: "¿Qué te causa estrés?". La mejor manera de reducir el estrés laboral es escuchar con regularidad y rigor. Las encuestas anónimas, las conversaciones individuales y las reuniones de equipo son vitales. Cuando las personas ven que su retroalimentación genera cambios, se genera confianza. Cuando se sienten escuchadas, los niveles de estrés disminuyen.

Acción: Establecer ciclos de retroalimentación periódicos, encuestas de pulso y garantizar que el liderazgo responda visiblemente a lo que se escucha.


5. Celebre el progreso, no la perfección

Una cultura perfeccionista puede ser uno de los entornos más tóxicos. Cuando se castigan los errores o los logros nunca se sienten "suficientes", los empleados viven en un estado de tensión constante. Esa tensión erosiona el bienestar. En cambio, cree una cultura que celebre el progreso. Reconozca los pequeños logros. Fomente la experimentación. Incorpore el descanso y la reflexión. El estrés a menudo surge no de lo que hacemos, sino de la presión de hacerlo impecablemente, con rapidez y sin descanso. Cuando reconocemos el esfuerzo y fomentamos una mentalidad de crecimiento, aliviamos parte de esa presión y, como resultado, las personas se desempeñan mejor.

El estrés laboral no es una tendencia de bienestar, sino un problema de liderazgo. Las organizaciones que triunfen en los próximos años serán aquellas que adopten un enfoque serio y estratégico hacia el bienestar. No con artimañas, sino con atención genuina, un liderazgo reflexivo y un compromiso con mejores métodos de trabajo. Debemos ir más allá de las clases de yoga y los capuchinos gratuitos. Estos pueden mejorar la moral temporalmente, pero no cambiarán la experiencia laboral subyacente. La verdadera transformación llega cuando integramos un propósito, generamos confianza y solucionamos los sistemas que frenan a nuestra gente. Tenemos el deber con nuestros empleados, nuestros accionistas y con nosotros mismos de crear lugares de trabajo donde las personas puedan prosperar. Cuando lo hacemos, los beneficios son profundos: menos estrés, mayor productividad, mejor retención y, sobre todo, una empresa más humana.

Fuente: https://www.entrepreneur.com



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