El 21 de octubre de 2025, en una sesión de la Knesset (parlamento de Israel), el primer ministro Benjamin Netanyahu afirmó que las Fuerzas Armadas israelíes lanzaron 153 toneladas de bombas sobre la Franja de Gaza durante el fin de semana. 
Según dijo, el bombardeo fue una represalia luego de que “dos de nuestros soldados fueron asesinados por Hamas”, aunque no presentó evidencia pública que lo confirmara. Hamas rechazó cualquier responsabilidad por esa acusación. 
Durante el discurso, Netanyahu señaló que mantiene su compromiso con el alto al fuego vigente desde el 10 de octubre, a pesar de que la ofensiva aérea reanude las tensiones con Gaza. 
En paralelo, el cuerpo de un estudiante nepalí retenido como rehén en Gaza fue repatriado vía Tel Aviv hacia Katmandú, según informó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nepal. 
También se reportó que las Brigadas Abu Ali Mustafa entregaron el cadáver de un soldado israelí al Comité Internacional de la Cruz Roja. 
Funcionarios palestinos denunciaron además que Israel devolvió 135 cuerpos de palestinos con señales de tortura y maltrato — registrada por The Guardian, según testimonios ligados a centros de detención en el desierto de Negev. 
Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que 15 600 personas en Gaza, incluidas 3 800 niñas y niños, requieren evacuación médica urgente; desde inicios de 2025, más de 500 personas han muerto en el enclave por inanición. 
Además, las autoridades de Gaza actualizaron el balance de víctimas: más de 68 000 palestinos asesinados desde el inicio de la ofensiva de Israel (7 octubre de 2023) y cerca de 170 000 heridos. 
Por último, se reportaron ataques adicionales en la zona central de Gaza y tensiones relacionadas con la entrada de ayuda humanitaria y la delimitación de zonas fuera de combate.