Nota publicada: 2025-09-14
La noche del 13 de septiembre de 2025 quedará marcada en la historia del boxeo. En el Allegiant Stadium de Las Vegas, ante más de 70 mil aficionados, Terence “Bud” Crawford derrotó por decisión unánime a Saúl “Canelo” Álvarez y se proclamó campeón indiscutido de peso supermedio. Con tarjetas de 116-112, 115-113 y 115-113, el peleador estadounidense logró una hazaña sin precedentes: convertirse en el primer hombre en la era de los cuatro cinturones en ser campeón indiscutido en tres divisiones distintas.
Desde el inicio de la pelea, Crawford mostró su precisión quirúrgica y su capacidad para controlar el ritmo del combate. Su defensa, movilidad lateral y contragolpes desconcertaron a un Canelo que, aunque presionó en varios asaltos, nunca logró imponer su estilo. La esquina del mexicano insistía en que buscara la corta distancia y castigara al cuerpo, pero el estadounidense se mantuvo disciplinado, evitando intercambios peligrosos y sumando puntos con su jab constante.
Canelo, acostumbrado a dominar a rivales con su potencia y fortaleza física, lució frustrado a medida que los rounds avanzaban. Su rival, más ligero y veloz, parecía siempre un paso adelante. Al término de la contienda, Álvarez reconoció la superioridad de Crawford con humildad: “No pude descifrar su estilo. Lo intenté todo, pero tiene de todo: velocidad, defensa, inteligencia. Es un gran campeón”, declaró.
El triunfo de Crawford no solo significa la derrota más dura en la carrera reciente de Canelo, sino también un parteaguas para el boxeo. El estadounidense, que ya había sido indiscutido en las divisiones superligero y wélter, se consolida como uno de los mejores boxeadores libra por libra de la historia moderna. Su capacidad de adaptarse a diferentes categorías y mantener un nivel de excelencia es prueba de su disciplina y talento.
Para Canelo, esta derrota implica replantear su futuro. Con 35 años y una trayectoria llena de títulos, es considerado el máximo referente del boxeo mexicano en la última década. Sin embargo, la derrota ante Crawford abre el debate sobre si debería continuar enfrentando a la élite mundial o enfocarse en peleas de menor exigencia.
Más allá del resultado, el evento fue un espectáculo histórico. La asistencia masiva en Las Vegas y la expectación mundial confirmaron el estatus del boxeo como uno de los deportes que aún generan pasión y rivalidades memorables.
En conclusión, la noche fue de Crawford, quien con inteligencia, técnica y corazón logró lo que parecía imposible: conquistar al Canelo en su propia división y escribir un nuevo capítulo dorado en el boxeo. Mientras el mexicano reflexiona sobre su futuro, el mundo del box celebra la llegada de un campeón indiscutido que ha elevado la vara a niveles pocas veces vistos.
Equipo NoticiasTermo
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