Nota publicada: 2025-08-03
Obesidad y tratamientos.
La obesidad y el sobrepeso se han vuelto una enfermedad cronica mas en compañia de la diabetes y la hipertensión. Sin duda el auge de los hábitos saludables y las modas en cuanto a las dietas han venido con la esperanza de combatir este mal que preocupa mas por estetica, que por salud, sin embargo: No es mágia.
La obesidad se define como “la acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”, este aumento en el porcentaje de grasa corporal que se ocasiona no sólo se relaciona con otras patologías que aumentan el riesgo cardiovascular, sino que por sí sola es capaz de generar alteraciones metabólicas que aumentan la mortalidad. Estadísticamente, se ha reportado que 60% de la población adulta mexicana presenta al menos un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular (obesidad y sobrepeso, hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo y dislipidemias) La obesidad ha llegado a considerarse una pandemia de nivel mundial, lo que ha generado en las últimas décadas la necesidad constante de desarrollar nuevas opciones terapéuticas dentro del ámbito científico. Hoy en día, la definición que nos brinda la Organización Mundial de la Salud de obesidad habla de una acumulación excesiva o distribución anormal de grasa corporal que afecta la salud. De acuerdo con la Asociación de Medicina de la Obesidad, se define como una enfermedad crónica, progresiva, recurrente y tratable, de origen multifactorial y neuroconductual en la que el aumento de grasa corporal promueve la disfunción del tejido graso. Antes de 1990, se prescribían diferentes fármacos que buscaban tratar la obesidad, como las anfetaminas, la fentermina, entre otros, lamentablemente estos fármacos carecían de estudios que sustentaran su eficacia y se retiraron del mercado. En las décadas de 1990 al 2010, se comercializaron tres fármacos: la sibutramina, misma que fue retirada en 2010 por los efectos adversos que ocasiona a nivel cardiovascular; el rimonabant, que fue suspendido en 2008, pues se descubrió que a la larga influye en una afectación psiquiátrica; y el orlistat, que hasta la fecha es el único que continúa en el mercado por su efectividad, sin embargo, tiene una principal limitación y es la baja tolerabilidad, pues ocasiona efectos secundarios gastrointestinales en aproximadamente 15-30% de los pacientes y afecta la absorción de vitaminas liposolubles. Por todo lo anterior, se destaca la necesidad de considerar nuevas estrategias que sean basadas en evidencia y adaptadas a las diferentes características culturales, como mejorar la calidad de la atención médica, invertir recursos para la prevención de la enfermedad en las diferentes regiones del país y considerar el acceso a una alimentación saludable, por mencionar algunos ejemplos, enfatizando en la importancia de una intervención temprana. La metformina es otro fármaco que se empleó no sólo para el control de peso en personas diabéticas, sino también en aquellas no diabéticas, logrando una disminución del 2% del peso en los pacientes con una buena tolerabilidad. Los anticonvulsivos como la fentermina/topiramato también han demostrado tener un efecto para la reducción delpeso, siendo aprobados por la FDA en 2012. Por otra parte, la liraglutida es un fármaco que inicialmente se utilizó para el tratamiento de la diabetes, no obstante, ha demostrado lograr una reducción de peso de hasta 9% con dosis de 3 mg diarios, aprobada por la FDA en 2014. Los fármacos como la dapagliflozina ha demostrado también un efecto benéfico para la pérdida de peso, logrando una reducción de hasta 2 kg en 24 semanas. No se debe olvidar que la elección entre estos medicamentos dentro de la terapéutica debe considerar la pérdida de peso deseada, tolerabilidad, vía de administración, comorbilidades del paciente y costos, aunado a un manejo interdisciplinario y aumento de la actividad física.
El nuevo concepto de obesidad como una enfermedad que por sí sola aumenta la morbimortalidad de las personas, conlleva a considerar este padecimiento como un problema epidemiológico y esto, a su vez, ha aumentado el interés de la industria farmacéutica por investigar nuevas opciones. La creciente importancia de la obesidad y sus efectos directos sobre el aumento de la morbimortalidad ha obligado a los investigadores a buscar nuevos objetivos terapéuticos para el tratamiento farmacológico de ésta. Es importante obtener un panorama general del tratamiento que anteriormente se usaba, el tratamiento actual sugerido y las nuevas opciones que se encuentran en investigación para controlar y reducir esta patología. La elección del tratamiento siempre debe considerar la presencia de comorbilidades, tolerabilidad y costos, dando siempre la mejor opción individualizada a nuestro paciente, tomando en cuenta que la modificación del estilo de vida y la implementación de una dieta es siempre la base para la reducción del peso.
Dr. César Álvarez Pacheco
@cesar_alvarezp
Huatabampo, Sonora