En la última década, los teléfonos inteligentes han evolucionado hacia pantallas más grandes, cámaras más avanzadas y diseños minimalistas. Sin embargo, uno de los intentos más ambiciosos de la industria ha sido el desarrollo de teléfonos plegables. A pesar de los esfuerzos de marcas como Samsung, Huawei y Motorola, este segmento aún no logra convertirse en un estándar de consumo masivo. La razón principal ha sido la percepción: los plegables se ven como dispositivos frágiles, caros y poco prácticos para el usuario común.

En este contexto, Apple se encuentra frente a una gran oportunidad. La compañía de Cupertino no fue pionera en las pantallas táctiles ni en los relojes inteligentes, pero cuando decidió entrar en esos mercados, marcó un antes y un después. Su capacidad para transformar tecnologías existentes en productos aspiracionales, respaldados por un ecosistema sólido, es la clave de su éxito. Con los plegables podría repetirse la historia.

Un iPhone plegable tendría varias ventajas competitivas. Primero, el reconocimiento de marca: Apple transmite confianza en durabilidad, diseño y experiencia de uso. Segundo, la integración con iOS y el ecosistema de Apple, lo que permitiría que un dispositivo plegable se conecte sin fricciones con otros productos como el Apple Watch, iPad o MacBook. Y tercero, el factor aspiracional: muchos consumidores que hoy dudan de los plegables podrían interesarse si es Apple quien lidera el movimiento.

No obstante, los retos son significativos. Apple tendría que superar problemas como la resistencia de las bisagras, la durabilidad de la pantalla flexible y la optimización del software para aprovechar este formato. Además, debería justificar el precio premium que seguramente acompañaría al dispositivo, demostrando que no se trata solo de un capricho tecnológico, sino de una herramienta útil que mejora la productividad y el entretenimiento.

Si la compañía logra resolver estos desafíos, no solo podría revitalizar el mercado de los teléfonos plegables, sino también consolidar una nueva categoría de productos. Tal como sucedió con el iPod, el iPhone y el Apple Watch, Apple no necesita ser la primera en innovar, sino la que mejor ejecuta.

En conclusión, los teléfonos plegables aún esperan a la marca que los convierta en un símbolo de status y practicidad. Apple, con su historial y reputación, tiene todo para lograrlo y hacer que los plegables, finalmente, se vuelvan realmente cool.