• Hermosillo, Sonora, México a 2009-10-11  |  Año 29 No. 11    

El PRI rumbo al 2012


Nota publicada: 2009-10-11

La llegada de Fernando Elías Calles a la delegación del PRI en Sonora, representa sin duda un acierto mayor de la dirigencia nacional del PRI para revisar a profundidad el estado actual del partido en la entidad, así como para encauzar la toma de decisiones que corresponden en el corto plazo de cara a los desafíos que el otrora partido gobernante enfrenta para el futuro inmediato y entender que al tratarse hoy de un estado gobernado por un partido de oposición el papel del PRI se sitúa en otra dimensión.

Además de ser nieto directo del ex presidente de la República y ex gobernador de Sonora -Plutarco Elías Calles- fundador del PNR, es un  político de carácter, acostumbrado a capotear la política en tiempos difíciles, en arenas movedizas y en situaciones de conflicto. No en balde le tocó desempeñar importantes funciones políticas como funcionario público tanto en la Secretaría de Educación Pública como en Gobernación en las épocas de mayor conflicto, tanto en los tiempos de aparición y expansión de la disidencia agrupada en la llamada “coordinadora nacional” en tiempos del ex dirigente nacional Carlos Jonguitud Barrios, como en la transición de esa organización sindical en abril de 1989 -como subsecretario de Educación- cuando la profesora Elba Esther Gordillo reapareciera en escena sustituyendo al mismo Jonguitud en el liderazgo nacional, y cuando el sistema político mexicano emprendió las reformas de mayor trascendencia para modernizarse entre 1982 y 1994.

No son pocos los retos que Elías Calles habrá de enfrentar en su nueva encomienda, pues conoce muy bien la entidad. En un tiempo se desempeñó como diputado federal por el distrito de Guaymas, fue además coordinador de delegaciones de la SEP, director nacional del CONALEP, también de la Comisión Nacional para el Libro de Texto Gratuito, además de delegado del CEN del PRI en varias entidades y asesor de gobernadores y dirigentes nacionales en diferentes épocas.

Creemos entonces que Elías Calles cuenta con el perfil adecuado para representar a la dirigencia nacional del PRI en este tiempo especial de la primera alternancia de partido en el gobierno estatal, sin duda. Muchas preguntas circulan en la política sonorense sobre los principales acontecimientos relacionados con la elección que acaba de pasar.

¿Por qué perdió el PRI la gubernatura en Sonora? No hay una sola causa que lo explique, tal y como tratan de hacerlo los eternos simplificadores de la realidad política, que buscan reducirlo todo a historias en blanco y negro, o como hechos irreductibles de buenos contra malos en política.

El PRI perdió por varias razones; y aunque todavía no caiga la totalidad de las hojas del árbol de las explicaciones, sí hay varias razones que nos llevarían a entender la derrota a la luz de los acontecimientos suscitados entre octubre del 2008 -fecha de la instalación de los organismos electorales para declarar el inicio del proceso-, hasta el 5 de julio del 2009, fecha de la elección, y hacia el viernes 11 de septiembre, fecha de la decisión definitiva del tribunal electoral.

Entender el complejo problema de la subasta del voto al mejor postor obligará a escuchar y revisar los testimonios -caso por caso- que en ese aspecto aportan los relatos de quienes vivimos muy de cerca el proceso electoral, no para lamentar una realidad latente, pero sí para explicar parte de la derrota y tomar medidas a futuro. Profundizar en los mecanismos de postulación de candidatos equivocados para realidades específicas en municipios y distritos habrá de ser otra de las tareas. Estudiar a fondo el fenómeno de la simulación política de quienes en el PRI -y en campaña-siempre brindaban cuentas alegres en materia de organización electoral deberá ser otra de las tareas importantes a desarrollar; al final, la simulación hizo mucho daño y dejó a la estructura electoral a merced de los expertos en compra venta, y ahí el PRI perdió muchos de los votos que le propinaron la derrota. Analizar a fondo los verdaderos saldos del proceso interno priísta del 8 de marzo por la división y los enfrentamientos en el PRI que nunca se conciliaron, será tarea incómoda pero necesaria para entender que también hizo mucho aire, y ello influyó en numerosos traspasos políticos y en la pérdida de votos para el PRI.

No menos importante será el analizar al ejército de priístas y perredistas inconformes que en algunas regiones le hicieron la tarea al PAN y que fácilmente le aportaron no menos de 40 mil votos. Son esos ex dirigentes sindicales, ex funcionarios, ex diputados y ex alcaldes que ahora realizan antesalas infructuosas en los pasillos de la administración estatal para tratar de cobrar los servicios prestados y -hasta ahora- se quejan que no los escuchan ni les ha tocado nada del reparto del pastel. Temen que los hayan usado y que ahora con ellos se esté aplicando la llamada teoría del limón, que el PAN seguido aplica a los tránsfugas de otros partidos, principalmente del PRI: cortarlos, exprimirlos, chuparlos y tirarlos. ¿Será?.

Importante también será escuchar a los partidarios del destino manifiesto o de aquellos amantes de la teoría de la inevitabilidad histórica, que sostienen que la derrota del PRI ya estaba prevista y que el PAN ganó porque así estaba escrito, y porque era la única frontera del norte que les faltaba. ¿Y Tamaulipas y Coahuila, qué?

Infaltable será el análisis acerca del perfil de los candidatos a la gubernatura: personalidad, debilidades, fortalezas, formación política etc. ¿porqué?; porque el pueblo ya lo hizo, falta que lo haga el partido.

También será importante analizar la influencia de los gobernadores en la conducción de los partidos políticos en los estados y revisar a fondo los modelos de operación ante las crisis de los últimos años.

El PRI tiene enormes posibilidades de volver a ganar la presidencia de la República en la elección del 2012. Cuenta con los aspirantes a la candidatura presidencial mejor posicionados ante la opinión pública. Luce unido y con mucho trabajo en el país. Cuenta con una dirigencia nacional no cuestionada. Sus gobernadores estatales son mayoría y aparecen como los mejor evaluados en el país. También cuenta con una mayoría absoluta en alianza en la Cámara de Diputados. Ya terminó de pagar las facturas de los personajes que antaño le hacían ruido ante los electores. No está en el  Ejecutivo federal y no experimenta el desgaste de gobernar en medio de la peor crisis económica de los últimos 30 años. Los gobiernos del PAN en nueve años han cometido todo tipo de excesos, que les ha provocado enormes costos políticos ante los potenciales electores, ya lo vimos con claridad en el pasado proceso electoral.

El reto inmediato del PRI es entonces, cuidar su unidad interna y evitar que le suceda lo del 2006: pelearse -entre los grupos y los liderazgos- por la candidatura presidencial, dividirse y pasar a ocupar el tercer lugar por primera vez en su historia. Una lección amarga, pero que debemos recordar a cada rato, para que ya no se repita.

¿Qué hacer? En Sonora: recuperar el trabajo entre las bases que le permita al partido reencontrarse con su militancia, explicarle a sus simpatizantes objetivamente y con plena autocrítica lo que realmente sucedió en la elección reciente, y convocarla a sumarse a la infinidad de tareas políticas que lo lleven a su reconstrucción en el mediano plazo. También seleccionar un liderazgo incluyente-de causas, no de puestos- y muy bien apoyado tanto por los priistas de la entidad como por la dirigencia nacional. Un liderazgo que no enseñe el cobre a las primeras de cambio y luego salga con que aspira a algún cargo de representación popular en el 2012. Tarea importante también será el cuidar como oro molido sus alianzas, que hasta ahora le han dado mayorías en el congreso local y una buena cantidad de alcaldes. Y desde luego, saber ser oposición; no doblegarse, no corromperse ni apantallarse, y ejercer la crítica, que para ello ya existe mucho material.

En lo nacional: cuidar la unidad en las cámaras, con los gobernadores, congresos locales y presidentes municipales, y evitar que las pasiones y los intereses de grupo los desborden, así como alimentar la viabilidad de  recuperación de la presidencia y jalar sin condiciones con el candidato -o candidata- mejor posicionado en las preferencias de los electores y entre los propios priístas.

Lo impredecible de la conducta humana hace imposible hacerla de “futurólogo” en política, por ello de aquí al 2012 todo puede suceder. Sin embargo, el PRI no tendría remedio si deja escapar la oportunidad de un regreso a la presidencia de la República en tan corto tiempo y en tan buenas condiciones en las que hoy se encuentra. La historia no se repite y la vida tampoco. ¿Habremos aprendido la lección?. O como dijo el clásico: “El futuro no existe; se hace o se recupera. Toca al ingenio, la astucia y a la política encontrar las maneras”.



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