Nota publicada: 2025-08-15
Este viernes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, sostienen una cumbre en Anchorage, Alaska, centrada en el conflicto que azota a Ucrania. Se trata del primer encuentro directo entre ambos desde 2019 y es el primero que Putin realiza en territorio estadounidense desde el inicio de la invasión, en febrero de 2022.
Trump viajó con optimismo, describiendo la reunión como una prueba inicial para evaluar la disposición de Putin hacia la paz. “Soy presidente, él no va a jugarme”, remarcó en su partida. Por su parte, Zelenski descartó estar presente, aunque confía en que, desde afuera, EE.UU. logre convencer a Rusia de poner fin al conflicto.
Está previsto que el encuentro se lleve a cabo en la Base Conjunta Elmendorf–Richardson, símbolo histórico de la Guerra Fría y emplazamiento estratégico. Trump insiste en que no negociará en nombre de Ucrania. Su objetivo es lograr un alto al fuego inmediato, y ha expresado que no se irá satisfecho si este no se concreta pronto.
La cumbre también contará con delegaciones ampliadas: junto a Trump estarán su secretario de Estado y su enviado especial, mientras que Putin será acompañado por altos funcionarios, incluyendo a su canciller. Las conversaciones podrían durar entre seis y siete horas.
Europa observa con cautela, preocupada por el hecho de que Ucrania no participa directamente en las negociaciones que determinan su futuro. La ausencia de una presencia ucraniana es un punto de tensión importante para sus aliados.