El colágeno es la proteína más abundante de nuestro organismo, esencial para la estructura de la piel, los huesos, los músculos, tendones y cartílagos. Su función es clave: actúa como tejido conectivo que mantiene fuerte y resistente nuestra anatomía. Con el paso del tiempo, la producción natural de colágeno disminuye, y factores como la exposición solar excesiva, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de ejercicio o un sueño insuficiente aceleran esa pérdida.

Para compensar ese descenso, la suplementación con colágeno hidrolizado o en forma de péptidos se ha vuelto muy popular. Estudios preliminares han mostrado mejoras modestas en elasticidad, hidratación de la piel y función articular después de 8 a 12 semanas de uso. Sin embargo, es importante destacar que la mayoría de los ensayos han sido financiados por la industria y aún faltan evidencias independientes sólidas.

Los suplementos también pueden aportar aminoácidos clave y nutrientes adicionales (como vitamina C, zinc o biotina) que apoyan la producción de colágeno endógeno. The Nutrition Source Aun así, su uso no sustituye un estilo de vida saludable: protección solar, dieta equilibrada, ejercicio y descanso son fundamentales para preservar el colágeno natural.

En resumen: el colágeno es un aliado estructural, la suplementación puede aportar beneficios, pero debe acompañarse de buenos hábitos y entenderse dentro de un marco científico aún en estudio.