En vísperas de la esperada cumbre en Alaska, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó claro que no permitirá que su homólogo ruso Vladimir Putin lo "juegue". Con determinación, afirmó que "es presidente" y que reconocerá en los primeros minutos si el encuentro será productivo o no: una reunión positiva derivaría en avances reales, mientras que una negativa concluiría de inmediato.
Trump expresó una visión optimista, estimando que hay un 75 % de probabilidades de éxito en las negociaciones, y enfatizó su intención de lograr un alto el fuego "hoy mismo". Sin embargo, aclaró que no negociará en nombre de Ucrania, sino que pretende convocar a todas las partes al diálogo.
También adelantó que no reactivará relaciones comerciales con Rusia mientras la guerra en Ucrania continúe. Aunque expresó disposición a escuchar promesas económicas, dejó claro que no habrá acuerdos hasta que se concrete la paz.
— ¿Qué expectativas genera la cumbre?— Trump la considera un "juego de ajedrez estratégico", consciente del peso simbólico y geopolítico del encuentro.
Este evento marca el regreso de conversaciones directas entre ambos mandatarios desde 2019, y aunque la atmósfera es tensa, Trump puso énfasis en su determinación y capacidad de negociación.