Nota publicada: 2025-07-07
Román Starovoit, exministro ruso de Transporte, fue hallado muerto este lunes por la mañana dentro de su automóvil en la localidad de Odintsovo, en las afueras de Moscú, tan solo unas horas después de haber sido destituido por el presidente Vladimir Putin. Las autoridades locales confirmaron el hallazgo del cuerpo y señalaron que, de acuerdo con las primeras investigaciones, se trataría de un suicidio.
Starovoit, de 51 años, presentaba una herida de bala. En la escena fue encontrada una pistola que le había sido entregada como reconocimiento estatal, lo que refuerza la hipótesis de que él mismo se habría disparado. El Comité de Investigación de Rusia ha iniciado una averiguación para esclarecer con precisión las causas de su muerte, aunque hasta ahora no se han reportado indicios de participación de terceros.
La destitución de Starovoit ocurrió en un contexto de severa crisis en el sistema de transporte aéreo ruso. Durante las últimas semanas, múltiples aeropuertos del país sufrieron interrupciones y cancelaciones masivas de vuelos debido a ataques con drones ucranianos, lo que generó caos entre los pasajeros y puso en entredicho la capacidad de respuesta de la infraestructura aeroportuaria. El presidente Putin firmó el decreto de remoción sin ofrecer detalles específicos sobre las razones, pero diversos medios rusos señalan que el desempeño del ministro en este escenario fue duramente cuestionado.
Antes de asumir como titular del Ministerio de Transporte en mayo de 2024, Starovoit se desempeñó como gobernador de la región de Kursk. Durante su gestión en esa entidad, también enfrentó críticas relacionadas con presuntos actos de corrupción vinculados al manejo de fondos destinados a obras defensivas.
En sustitución de Starovoit, fue nombrado de manera interina Andrei Nikitin, quien hasta ahora fungía como vice titular de la dependencia. Nikitin, exgobernador de la región de Nóvgorod, deberá enfrentar un panorama complejo marcado por problemas logísticos, falta de refacciones para el mantenimiento de aeronaves debido a sanciones internacionales, y una creciente presión para reorganizar el sector ante las exigencias derivadas de la guerra en Ucrania.
La muerte de Starovoit ha generado múltiples reacciones en el ámbito político ruso, algunas de ellas expresando consternación por las circunstancias en las que ocurrió el fallecimiento. La atención mediática e institucional ahora se concentra en el curso de la investigación y en los movimientos que pueda realizar el Kremlin para contener la crisis en el sector transporte.