• Hermosillo, Sonora, México a 2025-06-12  |  Año 29 No. 11    

Rompe estereotipos: el emprendimiento con perspectiva de género e interseccional empodera empresas


Nota publicada: 2025-06-12

Cada vez más emprendedoras están dejando atrás los estereotipos que restringen su participación en el mundo empresarial. Lejos de conformarse con dinámicas tradicionales, hoy muchas apuestan por la innovación, la inclusión y una visión interseccional que transforma sus modelos de negocio en motores de impacto social y sostenibilidad. Este enfoque reconoce que el género no opera aislado: se cruza con factores como la etnia, la clase social, la orientación sexual o la discapacidad, generando realidades diversas que requieren soluciones integrales.
Este tipo de emprendimiento destaca por sus motivaciones auténticas. Muchas fundadoras buscan reconocimiento, autonomía y el respeto de su talento, lo que las impulsa a desarrollar propuestas novedosas desde las etapas más tempranas de sus proyectos. La innovación no es solo técnica, sino social: incluye nuevos modelos de negocio, productos sensibles al género y servicios que atienden brechas específicas, diversificando el mercado y rompiendo la norma de que solo los hombres lideran sectores “rentables”.
Las empresas con compromiso de género e interseccionalidad tienden a generar retornos más sólidos a largo plazo y reputación positiva. Las emprendedoras reinvierten en sus comunidades y reflejan una clara ventaja competitiva: atraen nuevos nichos de mercado y personas que valoran los valores inclusivos. Además, al incorporar en sus plantillas a mujeres de diversas procedencias, promueven entornos más creativos y resilientes, donde se potencian múltiples perspectivas y se mejoran los procesos internos.
En la práctica, construir un emprendimiento con esta visión implica acciones concretas: definir criterios de selección que derriben sesgos de género, implementar mentorías femeninas, diseñar productos que atiendan necesidades específicas —por ejemplo, servicios financieros adaptados o programas de formación flexibles— y visibilizar a mujeres referentes. También supone crear alianzas con redes de empresas inclusivas, acceder a fondos que promuevan la equidad y evaluar el impacto social según indicadores de género.
Sin embargo, estos esfuerzos se encuentran con desafíos persistentes: las emprendedoras reciben menos financiamiento que sus pares masculinos, enfrentan redes de apoyo limitadas, y deben superar prejuicios sobre su capacidad para asumir riesgos. A estas barreras, se añade una carga adicional para quienes viven intersecciones múltiples de discriminación —por raza, clase o discapacidad— lo que las obliga a esforzarse el doble para obtener oportunidades similares.
Para revertir estas desigualdades, es indispensable una estrategia integral: desde políticas públicas de estímulo a proyectos con enfoque de género e interseccionalidad, hasta sistemas educativos que promuevan la equidad desde la infancia, pasando por fondos de inversión con criterios inclusivos y una cultura empresarial que premie la diversidad como fuente de valor. Solo así, romper estereotipos dejará de ser un reto aislado y se convertirá en la norma de un ecosistema emprendedor más justo, potente e innovador.
Emprender con perspectiva de género e interseccional no solo transforma negocios: transforma sociedades. Se trata de construir empresas que reflejen la diversidad real de quienes las crean y consumen, abriendo oportunidades para todas y todos, y estableciendo un camino hacia un desarrollo económico y social más equitativo y sostenible.

más información