Nota publicada: 2025-05-23
Hermosillo, Sonora, 23 de mayo de 2025.- En el marco del Día Internacional de la Esquizofrenia, el Gobierno de Sonora, a través de la Secretaría de Salud (SSP), exhortó a todas y todos a estar atentos ante señales de alarma y solicitar apoyo profesional para la atención de esta enfermedad que, si no se trata a tiempo, puede ser degenerativa.
La SSP explicó que la esquizofrenia es una enfermedad neurológica que afecta el desarrollo del cerebro, provocando alteraciones en la migración y conexión de las neuronas. Estas fallas se traducen en dificultades cognitivas y de personalidad que pueden aparecer entre los 16 y 25 años, etapa en la que suelen manifestarse los primeros síntomas clínicos de la enfermedad.
Entre los signos de alarma destacan el aislamiento social, la pasividad, la pérdida de interés en las actividades diarias y el deterioro en la atención, la memoria y el pensamiento lógico. También pueden presentarse alucinaciones, como escuchar voces o ver cosas que no existen, así como ideas delirantes de persecución o daño.
Contrario a lo que comúnmente se piensa, las personas con esquizofrenia no suelen ser agresivas. Tienden a ser más pasivas y retraídas, y su dificultad para socializar no implica peligrosidad. La enfermedad tiene una prevalencia de alrededor del uno por ciento en la población y no ha mostrado aumentos recientes, lo que refuerza su componente genético. Sin embargo, el consumo de drogas ilegales puede detonar su aparición en personas con predisposición.
El tratamiento se basa en el uso continuo de medicamentos que regulan la actividad neuronal, ya que las conexiones dañadas no pueden corregirse quirúrgicamente. Además, es fundamental el acompañamiento psicológico y el apoyo familiar, ya que estas personas pierden, en muchos casos, la capacidad para ser independientes. La falta de apoyo puede llevar al abandono del tratamiento, deterioro funcional y exclusión social.
La Secretaría de Salud hizo un llamado a no minimizar los síntomas ni asumir que son temporales, ya que una detección e intervención temprana protege contra el deterioro cognitivo progresivo y mejora el pronóstico. El desconocimiento, los estigmas y la desinformación afectan gravemente a quienes viven con esta condición, al limitar su acceso a servicios, oportunidades y una vida digna.