Nota publicada: 2025-05-08
París. El diez por ciento de la población mundial que tiene mayores ingresos es responsable de dos tercios del calentamiento global desde 1990, revela un estudio divulgado este miércoles.
La manera cómo los ricos consumen e invierten ha incrementado sustancialmente el riesgo de olas de calor mortales y sequías, según este estudio que cuantifica el impacto de la riqueza privada concentrada sobre eventos climáticos extremos.
“Vinculamos la huella de carbono de las personas más ricas directamente con los impactos climáticos en el mundo real”, dijo a la AFP la autora principal Sarah Schoengart, científica del organismo ETH Zurich.
Las emisiones de 10% más rico en China y EU representan casi la mitad de la contaminación global por carbono
En comparación con el promedio mundial, por ejemplo, el uno por ciento más rico contribuyó 26 veces más a las olas de calor que suceden una vez por siglo, y 17 veces más a las sequías en la Amazonia, según los hallazgos publicados en Nature Climate Change.
Las emisiones de 10 por ciento más rico en China y Estados Unidos representan juntas casi la mitad de la contaminación global por carbono.
La quema de combustibles fósiles y la deforestación han provocado el recalentamiento de la superficie de la Tierra en un promedio de +1.3º C (grados centígrados), principalmente durante los últimos 30 años.
Schoengart y sus colegas combinaron datos económicos y simulaciones climáticas para rastrear las emisiones de distintos grupos socioeconómicos, en función de sus ingresos.
Los investigadores incluyeron en sus análisis el papel de las emisiones ocultas en inversiones financieras, y no solo en el estilo de vida y el consumo personal.
Investigaciones anteriores han demostrado que gravar las emisiones ligadas a los activos es más equitativo que los impuestos generales por la emisiones de gases de efecto invernadero, que tienden a afectar más a quienes tienen menores ingresos.
Estancadas las iniciativas para aumentar impuestos a los súper-ricos
La mayoría de iniciativas recientes para aumentar los impuestos a los súper-ricos y multinacionales se han estancado, especialmente desde que Donald Trump recuperó la Casa Blanca.
El año pasado, Brasil -como anfitrión del G20- propuso un impuesto de 2 por ciento sobre el patrimonio neto de individuos con más de mil millones de dólares en activos.
Aunque los líderes del G20 acordaron “participar cooperativamente para garantizar que los individuos con un patrimonio ultra elevado sean efectivamente gravados”, hasta la fecha no ha habido seguimiento.