Nota publicada: 2025-06-12
Moscú. El titular del Kremlin, Vladimir Putin, al reunir este miércoles a miembros de su gobierno y militares de alto rango para discutir a puerta cerrada “los parámetros principales del proyecto de programa del Estado para armamento 2027-2036”, insistió en la necesidad de dedicar especial atención a desarrollar su “tríada nuclear” (misiles de largo alcance, bombarderos estratégicos y submarinos atómicos).
Recalcó que ésta “ha sido y es el garante de la soberanía de Rusia y desempeña un papel primordial para mantener el equilibrio de fuerzas en el mundo”. Y destacó que la modernización del armamento y tecnologías de las fuerzas nucleares estratégicas de este país “alcanza 95 por ciento” de sus componentes, lo cual es “un excelente dato” y, de hecho, el “indicador más alto entre todas las potencias nucleares”.
Putin, en sus breves palabras de introducción, difundidas por el servicio de prensa de la presidencia rusa, encomendó a los presentes la tarea de “diseñar un nuevo programa de largo plazo que incluya todo el complejo de sistemas y tipos de armamento, tomando en cuenta para ello al máximo la experiencia de la operación militar especial (en Ucrania) y de distintos conflictos regionales”.
Para el mandatario, es importante calcular con antelación los requerimientos y preparar bases, arsenales, aeródromos y otras infraestructuras para los nuevos sistemas de armas.
“Los recursos financieros para construir y modernizar esas instalaciones deben ser incluidos en un capítulo especial del programa”, agregó.
Afirmó que con frecuencia se ve obligado a firmar documentos para autorizar que se reasignen recursos del presupuesto a otro rubro.
“¿Por qué pasa esto? –se preguntó y respondió–: Porque cuando aparecen nuevos sistemas de armamento, desde cero (los directores de fábricas de la industria militar) reclaman con urgencia más dinero para una rápida modernización (de las infraestructuras)”.
Putin señaló que Rusia debe aumentar “lo antes posible” la capacidad de combate de sus fuerzas terrestres y “sentar bases sólidas para su desarrollo”, así como “incrementar el potencial exportador de las armas y tecnologías rusas, en especial de aquellas que han demostrado su eficacia en condiciones reales de combate”.
Reunión del Consejo de Seguridad
Después de que Ucrania, mediante su operación Telaraña, atacó con drones cinco aeródromos en Rusia y destruyó o impactó cerca de 40 aviones militares, entre ellos un número importante de bombarderos estratégicos que forman parte del arsenal nuclear del país, había particular interés en la reunión del Consejo de Seguridad, que habitualmente se celebra los viernes y se pospuso la semana pasada.
El presidente Putin la convocó para este miércoles y, desde el tema que se debatió por videoconferencia: “cuestiones para perfeccionar el programa del Estado en materia de defensa de los valores tradicionales de carácter espiritual y moral”–, quedó claro que la “dura respuesta” que le atribuyó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se va a limitar a los recientes bombardeos con drones y misiles en muchas ciudades ucranias.
El Kremlin hizo caso omiso a las voces más radicales que exigieron en el segmento local de las redes sociales responder con armas nucleares tácticas, argumentando que el ataque ucranio contra los bombarderos estratégicos, que pueden portar bombas y misiles nucleares, se podría justificar con la Doctrina Nuclear rusa, que incluye la posibilidad de usar ese tipo de arma en caso de ataque contra su arsenal.
Tampoco paso inadvertido para los observadores que este miércoles, al referirse una sola vez a su “tríada nuclear” en la otra reunión sobre el programa de armamento, Putin no esgrimió su arsenal como amenaza ni advirtió que lo podría usar si vuelve a pasar un ataque ucranio similar.