• Hermosillo, Sonora, México a 2025-06-19  |  Año 29 No. 11    

'Vamos a volver', asegura Cristina Fernández a sus simpatizantes


Nota publicada: 2025-06-19

Buenos Aires. En una histórica marcha pacífica, calculada en más de medio millón de personas sólo en esta capital –sin contar los miles en las provincias– la emoción estalló ayer en la multitud cuando se escuchó la voz de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015); en un mensaje desde su casa, donde cumple prisión domiciliaria y condenada además a proscripción política de por vida, la ex mandataria renovó las esperanzas populares al asegurar: vamos a volver, vamos a volver, pero con más sabiduría y con más unidad; y agregó: donde me toque estar, en la trinchera que sea, voy a seguir haciendo todo lo que esté a mi alcance para estar con ustedes.
Fue un llamado a toda la militancia a la unidad del peronista Partido Justicialista, del que es titular hasta ahora, mientras está en discusión el fallo de la Corte, que será llevado ante los organismos internacionales competentes; en tanto, juristas de distintos sectores consideran que el expediente podría anularse por las gravísimas irregularidades que contiene.
Fueron muchos los manifestantes que no pudieron contener el llanto al escuchar a la ex mandataria, cuyo mensaje transmitió esperanza. Los que están asustados no somos nosotros, son ellos, dijo Fernández de Kirchner, mientras el Vamos a volver repetido por la multitud definía un antes y un después de esta fecha.
Dicho en la Plaza de Mayo, donde nació el peronismo, el 17 de octubre de 1945, cuando miles de obreros llegaron desde los grandes cordones industriales para rescatar al entonces secretario de Trabajo, coronel Juan Domingo Perón, detenido por su defensa de los trabajadores y que cambió la historia. Hoy se produjo una similitud con aquellos momentos.
Y allí nacieron al mundo también las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo en 1977, que con un pañuelo blanco en la cabeza desafiaron solitarias a la más brutal dictadura que conoció el país (1976-1983) reclamando por sus hijos desaparecidos y que hasta hoy son un símbolo de lucha contra la impunidad en el mundo. Esas madres que también estaban ayer en la plaza.
Algo de esto se siente por estas horas. Un pueblo reclamando por un fallo, indigno de un país que comenzó su transición democrática en 1983 después de años de regímenes militares y que reclama por la prisión injusta e ilegal de Fernández de Kirchner.
No es poco reunir un millón de personas o más en todo el país, bajo amenazas del gobierno del presidente Javier Milei, que no sólo ha destruido todas las organizaciones que protegían a la población y cercenado los derechos logrados.
Hay algo que deben entender todos y todas, incluso los del poder económico: pueden encerrarme, pero no pueden encerrar a todo el pueblo argentino. Los que están asustados no somos nosotros, son ellos, dijo con serenidad y fuerza la ex man­dataria al referirse a la condena de la Corte Suprema de Justicia.
Agregó: este es el momento de demostrar que vamos a defender la democracia con las mismas herramientas con las que la construimos. Sin violencia, pero con coraje. Sin miedo, pero con absoluta claridad del momento histórico que estamos atravesando todos los argentinos. Con amor profundo por esta patria que tantísimas veces intentaron arrodillar, pero que tantas veces supo levantarse.
Manifestó que este modelo, que ahora encarna Milei, que no es diferente a los de otrora, se cae. No sólo porque es injusto, sino porque es insostenible desde lo económico. Tiene vencimiento, como el yogurt, advirtió sobre el rumbo de la gestión económica.
El pueblo argentino ya lo demostró mil veces: sabe ponerse de pie, sabe resistir, sabe organizarse, sabe luchar, y si lo expulsan también sabe volver. Volvió con Perón, volvió con Néstor Kirchner, dijo refiriéndose a 2003, cuando se debió levantar un país que había vivido nada menos que la crisis más grande de su historia en diciembre de 2001.
“No sé qué me depara el futuro inmediato. No tengo la bola de cristal. Pero sí sé algo. Ya he pasado por casi todo en esta vida. Viví la dictadura. Viví múltiples intentos de saquear el país y dejarlo sin derechos. Viví el ejemplo y el enorme sacrificio de Néstor. Y todo lo que nos costó construir aquella década ganada no sólo en términos políticos, sino personales y de familia.
Tenemos pueblo, memoria, historia y patria. Vamos a volver una y mil veces. Lo pueblos finalmente siempre vuelven, aseveró.
La multitud desafió todo para expresar su solidaridad con la ex mandataria a pesar del exhibicionismo de motocicletas con dos uni­formados, uno de ellos con un arma en la mano, con micros detenidos que venían desde distintas provincias para sumarse a la movilización.
Debieron enfrentarse a los retenes dispuestos por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que una y otra vez los detenían. No sólo los demoraron para que no llegaran a esta capital, sino que filmaban a los pasajeros, lo que hizo recordar a la pasada dictadura militar.
Este día demostró que la sociedad argentina no está dispuesta a aceptar sin resistencia el retroceso democrático, la pérdida de derechos, todo aquello que sorprendió a muchos por los reclamos justos y las definiciones políticas del momento que está viviendo el país, y cómo impactó lo sucedido con los jubilados, que estuvieron presentes en todas las voces, en los hijos, y rescataban todo lo que significó para millones de personas poder jubilarse.
Ahora llueven los pedidos de amparo ante los nuevos decretos firmados por Milei, cuando llegó envalentonado de Israel, de donde salió dos horas antes de que comenzara el bombardeo contra Irán.

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