• Hermosillo, Sonora, México a 2011-12-05  |  Año 29 No. 11    

Por la Ruta de los Guarijíos


Nota publicada: 2011-12-05

El camino hacia las comunidades de los Guarijíos en Álamos es una mezcla de sorpresas con sobresaltos; pero todas agradables y pedagógicas: la belleza de sus paisajes, la biodiversidad y la casi perfecta combinación entre un monte exuberante, la figura ondulante y dominante del río Mayo a lo largo del recorrido y la gran diversidad de colores y figuras que adquieren las montañas y la tierra en cada espacio del camino.

Son 53 Kilómetros de Álamos a San Bernardo y 34 de ahí a Mesa Colorada, el asentamiento más importante de la etnia, por lo que representa y por los acuerdos históricos que tradicionalmente se han tomado ahí en defensa de su cultura y sus derechos.

Saliendo de Álamos, el primer pueblo que uno se encuentra en el camino es La Higuera; un pequeño caserío con buenos servicios rodeado por pequeños arroyuelos que cruzan los caminos. Desde ahí se divisan las montañas del “jale” de la mina Cobre del Mayo ubicada en el ejido Piedras Verdes,cerca del Mocúzari.

La piedra Volada nos indica un antiguo descanso de los transportes y una larga colección de amapas y tabachines de diversos tamaños.

Después llega uno al Tábelo, que también cuenta con un arroyo de mayor dimensión y los servicios elementales. En todo su apogeo, uno encuentra los trabajos de recarpeteo y arreglo de los terrenos por donde habrá de ser construido el primer tramo de la carretera, que en una primera etapa de 17 Kilómetros tiene como destino San Bernardo.A un lado se ve también la tubería azul de lo que seguramente será el acueducto de la presa a la cabecera municipal.

Al poco tiempo se llega a Los Tanques, una comunidad todavía más equipada, con preparatoria y centro de salud, con tiendas,un buen estadio,los infaltables expendios y una ferretería.

Al seguir adelante se topa uno con la comunidad La Vinata, famosa por el almacén de piedra que en un tiempo concentraba el grano y los aguardientes que ahí se elaboraban. Tres pequeñas casas forman un punto en el camino que la gente ha terminado por llamar La Igualama (Uvalama),rodeada de palo blanco, guayacanes, palo de brasil, copalquines y cactáceas.

Pasando el rancho El Porvenir se divisa el poblado de Techobampo arropado por el gran arroyo del mismo nombre, donde una noche de agosto de 1996 sus crecidas aguas desaparecieran al siempre bien recordado odontólogo Leobardo “Balo” Quiroz Alcántar, quien entregó 18 años de su vida a servirle a los Guarijíos y a los habitantes de la región desde San Bernardo, a donde llegó recién egresado de la UNAM para quedarse, en un auténtico apostolado.

Al pasar el arroyo, en la margen izquierda, se encuentra un pequeño nicho de piedra que lo recuerda. Desapareció junto con su hijo de  un año nueve meses-Luis Mario Quiroz Ramos-  y con la maestra Sandra Serna, que iba con ellos al velorio de don Jesús Flores Arguelles de la familia que la ayudó cuando cumplió sus trabajos docentes. Ironías de la vida. Al Balo nunca lo encontraron, los cuerpos de su hijo y la profesora Serna aparecieron días después a kilómetros del accidente. Muchos de por acá no se resignan,sienten que vive,lo han extrañado mucho. El Balo era único,jamás dejó de tomar partido por los que menos tienen,los defendía y los atendía como pocos.

Más adelante se llega a un señalamiento que establece el rumbo de Nahuibampo, con un camino bien pavimentado y un gran puente sobre el río Mayo, por ahí también se llega a la histórica misión de Macoyahui que cuenta con la mas impresionante iglesia colonial del rumbo,después de la Purísima Concepción de la cabecera.

En el camino se pasa por el célebre rancho Los Molinos, tierra de donde bajaron los Argüelles al Bacame. Hoy solo se mantiene el antiguo casco de hacienda, una blanquecina construcción de finales del siglo XIX que alguna vez dominó en producción de ganado la región. Las fiestas tradicionales de la Virgen de Dolores son únicas.

Al llegar a san San Bernardo uno registra movimiento y un lento progreso. “Ya se fue la violencia de aquí, pero todavía como que nos queda algo de fama… malamente”; dice el emprendedor Lauro Borbón, impulsor, constructor y propietario del moderno hotel “El Divisadero,” de 10 cuartos de buena calidad, y que con su familia administra junto con una tienda de abarrotes bien surtida y un pequeño restaurante, famoso por la calidad de su comida y la rapidez en el servicio. De acá bajaron los Lagarda y los Velderráin,entre otros.

Lauro se lamenta de que en San Bernardo no haya todavía servicio de correo, ni telégrafo. El servicio eléctrico es muy deficiente… “cada rato se nos va la luz” dice, pero ratifica para que la gente se entere…“que ya no hay la violencia que antaño caracterizara a ésta región”.

A San Bernardo lo caracterizan los arroyos San Rafael y Gochico que forman el “San Bernardo” . A un lado y en camino a la Mesa Colorada, en la parte alta de la margen derecha del arroyo, se encuentra la comunidad Los Jacales, formada por unos 80 Guarijíos que bajaron de la Mesa Colorada para instalarse allí con los mayos en convivencia discreta con los habitantes de San Bernardo. Trabajan la agricultura de temporal, la pequeña ganadería, el comercio de chiltepín y animales.

En el camino empieza a sentirse la fuerte presencia de las Amapas, hasta ahora todavía sin las flores “rosa fucsia” que les aparece en invierno, acompañadas por una gran variedad de árboles donde predomina el Nesco, el Guayacán, la Pitahaya, el Algodoncillo y un conjunto de Mezquites de diversos tamaños. En las alturas,el vuelo de las urracas,las palomas y los halcones resulta familiar.

Sobre la vera del camino, es común encontrar vacas echadas y burros en aparente descanso.

En el kilómetro 6 se ubica un rancho en buenas condiciones llamado La Toma de Agua y poco más adelante se localiza la entrada a Chorijoa, donde viven 40 familias de la etnia Mayo. Aquí predomina el árbol de la brea, y en menor cantidad el torote prieto, el palo verde y el huinolo, un tepehuaje con flor lila, el pochote y el palo santo, rodeados de montañas ricas en piedra laja.

Entre Chorijoa y la toma de agua-en el márgen derecho del río mayo se divisa el majestuoso paisaje de “los pilares”,una erosión de montaña provocada por vientos y aguas por millones de años,al pie de los pilares surgen las aguas termales.Entre San Bernardo y el río mayo se encuentran las cuevas que sirvieron de refugio a los miembros de la organización guerrillera Liga 23 de septiembre.

A lo alto de la serranía y sobre los postes de la electricidad, una variedad de zopilotes secan al sol sus extendidas alas, el camino agarra un tono rojizo y el paisaje se adorna con un conjunto de montañas de tono gris. A la distancia se divisan los puentes sobre el río Mayo que distinguen a la población de Mochibampo, compuesta de 30 casas a las orillas del río. Ahí predomina el llamado palo de asta, el tepehuaje y los infaltables papachis -cuyas propiedades medicinales, nos explicaba uno de los curanderos de la región; “en ayunas combinado con un jugo de toronja y durante cuatro días, sirve para curar los corajes y el mal carácter, recomendó-.”

A un costado de la carretera y sobre una pequeña loma, se observa un caserío semi abandonado llamado Chinahuiro. “Huellas de la violencia que aquí se vivió en el pasado reciente”, afirma uno de los lugareños… “la gente se fue de aquí a buscar una mejor suerte por otros rumbos”, dijo, “y está difícil que regresen, hubo tragedias y muertes que todavía se sienten”.

Las montañas aquí adquieren una diversidad de formas y una composición como si la hubiera creado un artista plástico, se observa yeso y un empedrado blanco como máscaras que cubren una diversidad de figuras que dejan la ruta despejada para la imaginación de cualquiera,arriba el fenómeno de las binoramas abrazadas a los cactus,en impresionante escena de protección mutua.

Llegando a la Mesa,una parte del camino de acceso está cubierta de cemento, pasa primero por un caserío de tierra, pitahaya y vara blanca. Mesa colorada está sobre la márgen izquierda del río mayo y frente al cerro Jarópena. Al llegar se observa un grupo de adultos y niños que rodean a dos carniceros que han sacrificado una vaca apostada sobre un gran tramo de hule negro sobre el suelo y también sobre su propio cuero. A la distancia una numerosa variedad de perros esperan pacientemente su oportunidad y se entretienen lamiendo los  riachuelos de sangre de la res derramada sobre la superficie arenosa. A escasos dos metros de la res sacrificada, los matanceros comercializan el producto entre quienes se acercan a solicitar la parte  que les interesa. --La única ocasión que comen carne--, una o dos veces al mes, a decir de uno de los lugareños, porque la dieta fuerte en su mayoría está compuesta de frijoles,calabaza, tortillas de maíz, huevos, café,algo de pescado y verduras de la región.

A un lado del conjunto escolar que incluye preescolar, primaria, telesecundaria y ahora preparatoria virtual, un vehículo policiaco escolta a los pagadores de la Sedesol que entregan a los adultos mayores y sus mujeres el pago del programa Oportunidades, tanto a los de Mesa Colorada como de las comunidades vecinas, como Guajaray y Los Estrados. A un lado -y sabiendo que ahora es el pago-, aparecen los infaltables vendedores de todo,desde verduleros hasta fayuqueros, para hacer su agosto con los recursos que reciben los indígenas. Uno de ellos es identificado como el regidor del ayuntamiento, Eleazar Reyes, que “aprovecha la fecha” y al parecer -haciendo uso del fuero y la influencia- hace negocio redondo con la clientela cautiva, que se retira a sus hogares con bolsas repletas de mercancía a un precio muy distinto al que pudieran encontrar dichos productos en la tienda comunitaria de Diconsa. Es un auténtico asalto en despoblado por los precios de la mercancía sin control alguno.

La electrificación de los poblados “nos cambió la vida”, dice un avispado Juan Rodríguez Zazueta, gestor voluntario de la comunidad. “Eduardo Bours y Xóchitl Gálvez hicieron historia al voltear hacia nuestra comunidades que por muchos años demandaron la energía eléctrica y lo lograron”, sostiene. “A partir de ahí hemos progresado,y ahora ya voltean a vernos con frecuencia” ,remató.

En la reunión de trabajo en el ramadón, una dirigencia de Guarijíos muy bien organizada, defensora de su territorio y preocupada por las gestiones de beneficio colectivo, analiza la situación de la educación y la salud de sus comunidades. “Un drama, el traslado de enfermos a los centros de salud más cercanos”: “nos cobran 800 pesos por trasladar en carro a nuestros enfermos cuando se puede, no hay médico en la comunidad, y nos han dicho en la secretaría de Salud que no estamos contemplados en el presupuesto 2011. La preparatoria nos cayó bien y estamos en gestiones de un mayor equipamiento”, sostienen.

Al revisar el caso del proyecto de la presa Pilares, son cuidadosos en sus expresiones y firmes en su convicción en defensa del territorio y de que se les escuche. Afirman que a ellos no les han dado toda la información que requieren y en ocasiones solo les salen con evasivas.

No han tenido un mayor contacto con el gobierno del Estado en esa materia y les preocupa que pudiera existir la intención de pasar sobre  sus derechos en la ejecución de la obra; sobre sus pueblos, sus panteones, sus muertos, sus recuerdos, sus propiedades, y sus recursos naturales.  Ha faltado seriedad en el diálogo con ellos.

En este caso y como en otros, la realidad no se puede esconder y la disyuntiva no se reduce solo a estar a favor o en contra de la construcción de la presa Pilares, como lo señalan a cada rato los cabilderos oficiosos,en ocasiones tratando de fulminar al que manifiesta alguna resistencia o inquietud, acusándolo de “enemigo del progreso”, y tratar de exaltar al que la apoya incondicionalmente sin una mayor información del caso.

El dilema actual- en este caso-no se reduce solo a la disyuntiva entre los que “si están”, y los que “no están” a favor del proyecto de la presa. Más allá de las versiones mal entendidas,del todo o nada, hay que hurgar entre lo que hay detrás del sí, y lo que ha habido detrás del no, y lo que puede hacerse para llegar a una negociación que satisfaga a todos en beneficio de la región.

Las cosas no se ven con la misma óptica desde fuera de la región Guarijía. Hay que platicar y dialogar con los Guarijíos, conocerlos de fondo dentro del territorio donde viven, lo que en su derecho opinan sobre los pros y los contras del proyecto. Están unidos y en alerta y cuentan con dirigentes experimentados,valerosos e inteligentes.

Los Guarijíos-entre Alamos y Quiriego son 1400- demandan mayor información sobre el tamaño real proyectado para la cortina de la presa, la propuesta del precio por hectárea de su territorio y cuestionan:¿Que va a pasar con sus muertos sepultados en los panteones y que al parecer quieren desaparecer?. Irresponsablemente algunos gestores les han contestado que se preocupen por los vivos y no por los muertos. ¡Sensibilidad oficial pura.!

Hasta ahora nadie les ha explicado a plenitud nada, y solo se ha visto la falta de voluntad política de diálogo y negociación del Estado, y una  reprochable falta de atención a sus demandas.Sus temores son fundados, porque hasta ahora solo han visto la ambición desmedida de quienes quieren hacer las cosas a raja tabla,con prisas y que a cada rato dicen que “todo está listo,que ya no hay problema” y eso no es cierto, como se puede corroborar con ellos mismos.

La etnia que hace dos mil años bajara del suroeste de los-hoy- Estados Unidos al noroeste de México fue reconocida y descubierta apenas como tal, en 1976, por la antropólga de la UNAM Teresa Valdivia Dounce-aún cuando muchos de ellos ya bajaban a trabajar la agricultura a los municipios del mayo- tienen 5 gobernadores en los pueblos de Mesa Colorada,Guajarai,Los Bajíos,los Jacales y Macorahui. Se mueven en un territorio de miles de hectáreas con su tramo de río mayo. Son trabajadores,proclives al diálogo,no son ultras ni partidarios del todo o nada,están unidos,conocen la historia y en su caso,no quieren que se repita -con ellos-, lo que pasó en Huites y en el Mocúzari cuyas historias y resultados conocen a la perfección. Hay tiempo,si existe voluntad.Existe disposición, si domina el diálogo. Mucho habremos de ver todavía en este caso. [email protected]

 



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